BOLIVIA: NUEVA VICTORIA, NUEVOS DESAFÍOS

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Para todos nosotros es una enorme alegría que el pueblo boliviano, tras tremenda dictadura, haya forzado la salida electoral y se haya mantenido unido y firme en su voluntad de consolidar un proyecto nacional de soberanía, justicia social y protección de la integridad territorial de Bolivia y sus recursos naturales.

Con idéntica voluntad y esperanza,  votó masivamente nuestro pueblo argentino en octubre pasado, aunque a un año de asunción del nuevo gobierno, la dirigencia no se muestra a la altura de tamaño desafío, y hoy se vislumbran más sombras que luces sobre el futuro político de nuestro país.

El enemigo, con mucha sagacidad, fue tomando nota de esta situación y construyó una estrategia de paralización y encerrona sobre los movimientos nacionales y populares, encumbrando agentes propios en la dirección misma de los procesos de reconstrucción política tras la agresiva restauración cipaya-liberal-conservadora de estos últimos 5 años.

Tendrán éxito en Bolivia? Quizás sea apresurado afirmarlo, pero hay algunas señales que acercan a Arce más a Lenin Moreno y a Alberto Fernandez, que a una reafirmación y profundización del proyecto nacional popular boliviano y regional, y la tensión provocada por esta posibilidad latente, marcará en lo fundamental, la dinámica de fuerzas de la política boliviana en los tiempos por venir.

¿A qué se refiere el presidente electo cuando habla de "gran acuerdo nacional"? ¿A qué se refiere cuando habla de no repetir "errores pasados"?

Nadie puede oponerse a tales formulaciones en abstracto, pero es necesario recordar y precisar, que una cosa es convocar a un diálogo profundo, constructivo y vinculante a todas las fuerzas de la nación para hacerlas participes del proyecto nacional y popular, y otra cosa es convocar a mecanismos de consenso, equilibrio y negociación, a agenda abierta, a los sectores de la oligarquía colonial y sus agentes, esquema bajo el cual solo puede fracasarse o traicionar abortando el proceso de reconstrucción nacional popular, como puede verse en los espejos de las experiencias argentina y ecuatoriana aun en pleno desarrollo.

El día de hoy, el festejo de esta victoria, es obligatorio. Como también es obligatorio no embriagarse con ella manteniendo la claridad y la serenidad estratégicas.

Tema importante éste si los hay, puesto que allí anidan las posibilidades de victoria de los pueblos sobre el enemigo en la gran batalla histórica que se avecina.

 

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