CHILE: LA ACCIÓN ICONOCLASTA COMO ACCIÓN REVOLUCIONARIA

LA HISTORIA LA ESCRIBEN LOS PUEBLOS, LOS OPRIMIDOS

CHILE: LA ACCIÓN ICONOCLASTA COMO ACCIÓN REVOLUCIONARIA

El asesinato de George Floyd no sólo convocó a masivas protestas en EEUU sino también el ataque y derrumbe de monumentos erigidos a lo largo de los estados sureños a connotados esclavistas a los cuales se les ha rendido homenaje a vista de todos incluyendo a los afrodescendientes. Los movimientos enardecidos, y ante ese racismo histórico de esa sociedad enferma, arremetieron con todo contra esas estatuas como una forma de cobrar justicia por el esclavismo, el racismo y los asesinatos presentes.

Esa ola, en medio del estallido social en Chile, no tardó en llegar a Chile también derrumbando algunas estatuas de militares o terratenientes que participaron en la represión y genocidio contra los pueblos originarios y en la mal llamada Pacificación de la Araucanía.

Como ya es costumbre, Plaza Dignidad se ha transformado en el epicentro de las manifestaciones en contra el modelo neoliberal y contra todo lo que represente el Estado como aquella historia falsificada y emblanquecida, europeizante impuesta por siglos, por los vencedores.

En este contexto de revuelta social, de insurgencia ciudadana, la imagen del general Manuel Baquedano en medio de este céntrico lugar constituye una ofensa, una bofetada y una humillación transformada en monumento nacional como lo es también la estatua de Arturo Alessandri, el león de Tarapacá (león por lo sanguinario) al frente de La Moneda, y como lo fue también la mal llamada “Llama de la Libertad” que también fue objeto de ataques durante los 90s hasta que al final se apagó por obra y acción de las masas.

Manuel Baquedano participó en la invasión militar en la Araucanía desde 1861-1883 donde combatió contra el pueblo-nación mapuche. Sin duda el asesinato y genocidio cometido en ese territorio no lo hace en nada meritorio de levantarse como ejemplo a seguir por las nuevas generaciones.

Los pueblos tienen el derecho absoluto de escribir su historia y de borrar todo vestigio de tergiversación histórica impuesto siempre por los vencedores a saber las oligarquías, el Estado Burgués. Esto en el más claro ejercicio de la autodeterminación de los pueblos, que también significa recuperar la memoria de lo sucedido y teñir las calles de pueblo originario, de obrero, de campesino, de poblador y de mujer proletaria.

La prensa oficial se horroriza por los ataques a Baquedano denominándolo como “vandalización” cuando es la justa acción iconoclasta de un profundo sentido revolucionario pero a reglón seguido romantizan la represión y genocidio contra el pueblo-nación mapuche y aprueban nuevas legislaciones destinadas a militarizar aun más la Araucanía, es decir, continuar con la ocupación ilegítima del territorio mapuche en defensa del capital transnacional, al igual que lo hace el sionismo-nazista de Israel contra el pueblo palestino.

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