BRASÍL: ABRE FRONTERAS AÈREAS

 

La industria turística ya ha perdido cerca de 122.000 millones de reales (unos 23.600 millones de dólares).Presidente Jair Bolsonaro.

Brasil reabrió este miércoles sus fronteras a los visitantes extranjeros que lleguen por avión, con la esperanza de reflotar su devastada industria turística, pese a la propagación del coronavirus en el país, según un decreto publicado en la gaceta oficial. 

El decreto extiende por otros 30 días las prohibiciones para el ingreso de extranjeros por vía terrestre o marítima, pero afirma que la restricción fronteriza “ya no prohibirá la llegada de extranjeros por aire”. La medida contempla la llegada de turistas en avión.

Brasil cerró sus fronteras aéreas a los no residentes el 30 de marzo, en un momento en que el coronavirus causaba estragos en Europa y Asia y acababa de llegar a Sudamérica.

Ahora el país de 210 millones de habitantes es el segundo en número de contagios y fallecidos por la pandemia, por detrás de Estados Unidos.

La industria turística ya ha perdido cerca de 122.000 millones de reales (unos 23.600 millones de dólares) por culpa de la pandemia, según estimaciones de la Confederación Nacional del Comercio de Bienes, Servicios y Turismo (CNC).

La mayor economía de América Latina sufrirá una caída del 9,1% del PIB este año, según el Fondo Monetario Internacional. Con esta nueva medida, Brasil pedirá a los visitantes extranjeros que permanezcan durante 90 días o menos en el país que tengan un seguro de salud que los cubra en territorio brasileño antes de viajar.

Tras  una nueva prueba, el presidente Bolsonaro anuncia que ya no tiene coronavirus.

Brasil está entre los países cuyos ciudadanos tienen vetada la entrada a la Unión Europea o Estados Unidos por culpa de la pandemia.

Según fuentes de salud de Brasil, tuvo promedio semanal de más 1.000 fallecidos por día desde inicios de julio, según datos divulgados este miércoles por el Ministerio de Salud.

En las últimas 24 horas se registraron 1.595 nuevos decesos, llevando el total a 90.134. Se trata de un récord en 24 horas desde el primer fallecimiento el 16 de marzo, aunque debe ser relativizado porque incluye el balance del martes en el estado de Sao Paulo, que había quedado retrasado.

También hubo un récord de contaminaciones (69.074 en 24 horas), que ahora suman 2.552.265. Los expertos estiman, sin embargo, que el número de contagios está muy infravalorado, debido a la falta de test en el país.

La enfermedad detectada por primera vez en China a fines de diciembre de 2019 llegó a Brasil en febrero, después de haber provocado miles de muertos en Europa.

Pero desde entonces el país sudamericano, de 212 millones de habitantes, se convirtió en el segundo más golpeado, detrás de Estados Unidos (con 4,3 millones de casos y casi 150.000 muertos).

La escalada de muertes mantiene una constancia aterradora, con un aumento de 10.000 aproximadamente cada 10 días: la barrera de los 60.000 se superó el 1 de julio, la de los 70.000, el 10 de julio y la de los 80.000, el 20.

De mantenerse este ritmo, expertos citados por los medios estiman que deberían superarse los 100.000 muertos la semana que viene y que, a fin de año, podría haber 200.000.

El combate contra la pandemia se vio comprometido en gran medida por la falta de coordinación entre el gobierno federal, los estados y los municipios, en un contexto de extrema polarización.

El presidente Jair Bolsonaro lleva a cabo una campaña sin cuartel, en nombre de la supervivencia económica del país, contra los gobernadores que impusieron medidas de aislamiento. Y la mayoría de los estados se hallan en un proceso de desconfinamiento juzgado prematuro por los expertos.

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