OSCAR BALBUENA MARROQUIN, RECUERDO Y HOMENAJE

 

En la tercera foto: Walter Palacios a la derecha y a la izquierda Oscar Balbuena M.

 

 

tomado del fb: de Victor Polay

Escribe :Walter Palacios Vinces
“Qué importa un ojo para un joven arequipeño, cuando lo pierde luchando por la libertad” De esta manera se expresó Óscar Balbuena Marroquín frente a un grupo de sorprendidos periodistas que lo abordaron en la capital de la república en los primeros días de enero de 1956 llegando a ser considerado por la Revista CARETAS como el personaje del año en el Perú. (Caretas N° 101, enero de 1956. Pag.12)
Pocos días antes había sido trasladado desde Arequipa, su tierra natal, para ser intervenido quirúrgicamente de emergencia en Lima ante la pérdida del ojo derecho debido a una criminal agresión policial. La tarde del 21 de diciembre de 1955, había participado activamente en una multitudinaria manifestación del pueblo arequipeño de rechazo y repudio a la política dictatorial del gobierno del General Manuel Odría.
Óscar era un joven de 18 años, había ingresado al primer año de letras de la Universidad de San Agustín y como integrante de la juventud Social Cristiana, participaba activamente, junto a miles de trabajadores y estudiantes de las más diversas procedencias y filiaciones políticas, enfrentándose a las fuerzas policiales de la dictadura y exigiendo el imperio de la democracia.
Fue en esas circunstancias que un oficial de la policía montada “le voló el ojo de un sablazo” según testimonio recogido por Juan Reynoso Días (hermano del gran Oswaldo) en su libro La Verdad En La Universidad Nacional De San Augustín De Arequipa. Tomo I Ediciones UNSA .
Junto a Oscar, quedaron gravemente heridos de bala decenas de manifestantes e innumerables contusos lo que despertó la indignación y la tradicional rebeldía de los arequipeños quienes reunidos en histórica Asamblea del Pueblo acordó conformar el Frente Obrero Estudiantil presidido por Jorge Bolaños Ramírez, Presidente de la Federación de Estudiantes, y se decretó un paro general indefinido exigiendo la renuncia del siniestro Ministro de Gobierno, Alejandro Esparza Zañartu, la amnistía general, y la derogatoria de la Ley de Seguridad Interior, entre otras demandas.
La lucha y la resistencia del pueblo arequipeño contó la adhesión y el respaldo de los gremios de trabajadores, de estudiantes y del pueblo peruano, que se plegó a la lucha a lo largo y ancho del país lo que obligó al gobierno del General Odría a aceptar la renuncia de Esparza Zañartu, decretar la amnistía para los presos políticos (salieron en libertad, entre otros, el dirigente obrero comunista Raúl Acosta Salas y el líder estudiantil de Trujillo, Luís de la Puente Uceda) y convocar a elecciones generales para junio de 1956 reconquistándose de esta manera el Estado de Derecho después de ocho largos años de férrea dictadura militar.
Fue así como con la lucha, la entrega y el sacrificio del pueblo arequipeño se alcanzó un gran triunfo democrático y popular.
Hoy, al cumplirse un año de la partida física de Óscar, he querido recordar ésta jornada histórica, poco conocida, en la que él participó con entereza y valentía y a la que por modestia y discreción no acostumbraba comentar.
Deseo destacar como desde muy joven decidió orientar su vida en forma consecuente al servicio de las justas causas de nuestro pueblo. Los militantes de la izquierda peruana todavía estamos en deuda con este gran amigo, hermano y compañero.
Lima, 14 de setiembre de 2018

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