28 DE JULIO: CANTO A LA PATRIA EN PERU

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CANTO A LA PATRIA

Este 28 de Julio los poetas, músicos y actores, se reunieron en la histórica y combativa Plaza San Martín, donde se tributo y se rindió homenaje a todos los compañeros artistas, dirigentes populares y Apus de los pueblos originarios, así como a las miles de personas, víctimas del coronavirus, y de un estado al servicio de los dueños del país y que ha dejado en la indigencia a millones de compatriotas.

El evento CANTO A LA PATRIA, es un himno de esperanza y compromiso con nuestra historia y con la alternativa de construir un país, digno y emancipado, que permita una nueva vida a todas y todos los peruanos.

Fue convocado desde las 3:00 pm y organizado por EL FRENTE CULTURAL ANTIMPERIALISTA conformado por GREMIOS como FEDERACIÓN DE CESANTES Y JUBILADOS DEL PERÚ, los profesores del SUTE REGIONES, el Movimiento Comunitario Alfa y Omega, Spiritual And Art, Mary Soto, Piero Bustos, Antonio Zevallos, Gina Serna, Manuel Mosquera, Guillermo Orrego, Fanny Palacios, Rosario Arroyo, Margot Palomino, Luz Cárdenas, Urpi Portugués.

La conducción estuvo a cargo de Guillermo Orrego. La Poesía a cargo de Mary Soto, Manuel Mosquera, Rosario Arroyo, Rodolfo Ibarra, Bernardo Rafael Álvarez, José Callao,,, Cecilia Mejía, Nicolás León Cadenillas, Albert Huamán

La narración estuvo a cargo de Claudio Aldaz (España) La musica a cargo de Gina Serna, Antonio Zevallos, Luis Calle, Omar Meneses, Sikuris Junto al pueblo. La declamación a cargo de Sabel López Pizarro – Epístola a los poetas que vendrán. Las artes plasticas a cargo de Fanny Palacios, Urpi Portugués.

Compartimos en poema que fue leído por Guillermo Orrego al publico asistente

AVRIL

Corceles de viento atraviesan las avenidas de su infancia cañita de azúcar de los crepúsculos tenía la blancura pobre de los algodonales del sur en las calles estrechas de Piñonate levitaba transparente y alada el chillido de los malandros acallados por las luciérnagas encendidas en su alma y el flequillo que tercamente caía por su frente

Ay mi niña mi niña clamó la madre

Abril suele ser un mes de treinta días fríos e inclementes la humedad se apodera imperceptible de los recodos las navajas bailan de mano en mano la oscuridad de las ventanas carga en las persianas el peso transparente de la muerte mes de escritores y letras insepultas remotas en el asfalto que aúlla cada noche el desamparo gritos golpes sirenas el brillo enceguecedor de la chaira el ruido seco perforando el cielo Avril debajo de las cobjijas escucha y calla llora y espera la vuelta completa del sol cotidiana matinal diurna diáfana inaugurando un nuevo y simple día

Ay mi niña mi niña gimió la madre

Avril no esperará a los muchachos en la esquina no huirán sus piernas flaquitas no la alcanzarán las nubes grises de esta ciudad larguita como un camino una oración sin punto aparte “no me dejes sola mamita” voló con la brisa como un papalote en la puerta del hospital los deditos níveos trémulos lirios sin aliento respirando el aire que huyó de sus pulmones

Ay mi niña mi niña gritó la madre

Avril no escuchó nada volaba entre sábanas albas de hospital sus doce años miraban fijamente la corte de cadáveres que acompañaron su vuelo su cuerpo inerte se elevó ojos inertes piernas flaquitas flequillo terco sin piñonates ni alamedas sin carreras ni algodones desgarrada ya su risa

Ay mi niña mi niña se perdió en lontananza una mañana helada del cruel mes de abril.

Mary Soto

Este poema está dedicado a la niña Avril Angelina Martel Rubina, víctima del COVID-19 en abril del 2020.

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