104 ANIVERSARIO DEL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN RUSA

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104 Aniversario de la revolución Bolchevique

Lenin: La coherencia de su pensamiento

Ahora bien, la actualidad de la revolución no significa que la efervescencia de la sociedad, es decir, la descomposición de sus viejas estructuras haya de limitarse al proletariado; afecta, por el contrario, a todas las clases sociales. La medida auténtica de una situación revolucionaria es, en opinión de Lenin que las capas inferiores de la sociedad "no quieran vivir el modo antiguo", y las capas superiores, a su vez, "no puedan vivir al modo antiguo"; "sin una crisis de la nación entera (que afecte tanto a los explotadores como a los explotados), la revolución no es posible".

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Cuanto más profunda es la crisis, más amplias son las perspectivas de la revolución. Cuanto más aumenta en popularidad, sin embargo, cuantas más capas sociales llega a afectar, tanto mayor es el número de movimientos diversos y elementales que se entrecruzan en ella, tanto más confusas y cambiantes resultan las relaciones de fuerza entre las dos clases de cuya lucha depende -en última instancia todo: la burguesía y el proletariado.

Si el proletariado quiere vencer en esta lucha, debe apoyar y sostener toda corriente que coadyuve a la descomposición de la sociedad burguesa, procurando integrar todo movimiento elemental, de cualquier capa oprimida, por poco claro que sea, en el movimiento revolucionario general. Y la inminencia de un período revolucionario resulta, asimismo, visible en la búsqueda, por parte de todos los insatisfechos de la antigua sociedad, de vinculación con el proletariado o, por lo menos, de algún tipo de relación con él. En lo que no deja de haber, sin embargo, un gran peligro.

Porque si el partido del proletariado no está organizado de tal manera que quede garantizada la pertinencia de su línea política como única válida para la clase que representa, los nuevos aliados que en número creciente van apareciendo en toda situación revolucionaria pueden aportar más bien que ayuda, desorden. Porque las otras clases oprimidas de la sociedad (campesinos, intelectuales, pequeñoburgueses) no aspiran, como es obvio, a los mismos objetivos que el proletariado.

El proletariado -si sabe lo que quiere y lo que debe desear desde el punto de vista de clase- puede rescatarse a sí mismo y a estas otras capas de la miseria social. Si el partido, intérprete combativo de su conciencia de clase, se muestra inseguro en cuanto al camino que debe seguir la clase obrera, si ni siquiera su mismo carácter proletario está garantizado en el plano de la organización, las citadas capas sociales invadirán el partido de proletariado y lo desviarán de su auténtico camino; de este modo, una alianza que, en el caso de poder contar con una organización del partido proletario perfectamente clara desde el punto de vista de las clases, podría impulsar la revolución, acabaría haciéndola peligrar sobremanera.

La concepción leninista del partido tiene, pues, como consecuencia dos polos necesarios: por una parte, la selección más severa de los miembros en función de su conciencia proletaria de clase, por otra el más absoluto apoyo a todos los oprimidos y explotados de la sociedad capitalista, a los que debe estar unido por una relación de solidaridad.

Quedan así unidos de manera dialéctica la inexorable claridad en cuanto a los fines y la universalidad, la dirección de la revolución en un estricto sentido proletario y el carácter nacional (e internacional) general de la revolución.

Por György Lukács

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