CHILE: PARODIA DE UNA NUEVA CONSTITUCIÓN.

¿SALIDA BURGUESA O SALIDA POPULAR?

CHILE: PARODIA DE UNA NUEVA CONSTITUCIÓN.

Revista Virtual, América Rebelde Nº 21

La crisis en la cual se encuentra inmerso Chile no es una crisis meramente sanitaria o como consecuencia simplemente de los múltiples y variados abusos de la clase política sino es una crisis profunda del capitalismo que se representa en la cada vez mayor concentración de la riqueza, la cada vez mayor represión y brutalidad (terrorismo policial, enemigo interno) derivado de lo anterior y la cada vez mayor dependencia del imperialismo (neocolonialismo) y la subsecuente pérdida de la soberanía en todos los planos (esclavitud). Cada vez más queda al descubierto la falacia que constituye la democracia burguesa presentándose en su real dimensión, cual es, la dictadura del capital. Se presenta como una régimen oligárquico, autoritario, despótico, esencialmente inhumano cuyo desprecio hacia todas las formas de vida es cada vez más evidente y patético: criminal.

Las masas en este momento están cada vez más conscientes que la sociedad y forma de vida que la han impuesto no les sirve para vivir dignamente, que la actual situación de cosas a duras penas les permite sobrevivir después de las extenuantes jornadas de trabajo y que los bonos entregados para subsidiar la miseria y la cesantía tampoco ya les sirve para avanzar en sus proyectos individuales y/o familiares. La frustración, la pena, la depresión, la infelicidad, el hacinamiento en las viviendas, poblaciones inundadas por el narcotráfico, la prostitución infanto-juvenil, la enseñanza privatizada y mercantilizada de baja efectividad, una ancianidad miserable y maltratada al igual que la infancia, mujeres asesinadas por doquier, violentadas y violadas, comunas populares repletas de basurales y micro basurales todo ello contrasta con los altos niveles de vida de las comunas pudientes y de las formas de vida de la clase dominante que entra a los hogares proletarios mediante la propaganda oficial.

Esto fue lo que hizo que el estallido social fuera 5 meses continuos de combates callejeros en lo que debe ser el combate más largo y violento quizás de la historia de Chile sólo comparable a la resistencia desarrollada por el Pueblo Nación Mapuche contra los españoles. Las masas sobrepasaron a todas las organizaciones políticas que se identifican con el cambio social, con posiciones anti neoliberales y anti capitalistas o con la necesidad de una revolución. Todas ellas quedaron atrás de un pueblo que hizo estallar la furia contenida quedando ellas sin capacidad de acción o respuesta y simplemente paralizada sin entender lo que estaba ocurriendo. Las masas se condujeron y se convocaron a sí mismas y siguen avanzando en forma autónoma mientras las “vanguardias” continúan en debates en otras esferas.

Ante esta situación cabe señalar que las crisis de estas características, como otras, sólo pueden tener dos salidas posibles: la salida burguesa o la salida popular.

La salida burguesa es la ejecución de un discurso populista (utilización de las demandas populares para fines burgueses sin la intención de dar solución efectiva a ellos) y el intento por reorientar esa protesta social hacia el interior de la “institucionalidad burguesa” y así revalidar esas instituciones como efectivas para solucionar los problemas profundos de las mayorías. Llaman a las masas a confiar nuevamente en esta democracia burguesa, en la clase política, y olvidarse que ha sido el mismo Estado el que los han estado reprimiendo. Imponen el plebiscito sin que el voto y la futura “constituyente” pueda ejercer la soberanía plena y tener la capacidad de cambiar el modelo económico (la ley 21.200 que convoca al plebiscito no lo permite).

La clase dominante también sabe de marxismo y sobre las leyes de la lucha de clases. También leyeron a los clásicos marxistas y saben que el plebiscito puede ser una efectiva arma que tiene como función no la de redactar una nueva constitución, sino que realizar una reforma a la constitución existente y así lograr lo fundamental que es atenuar la lucha de clases y recuperar lo que ellos llaman “la paz social” y el “orden pública” para continuar con el enriquecimiento ilícito de la oligarquía y la miseria y explotación para la mayoría. Para lograr esto cuentan con poderosos colaboradores: los partidos reformistas.

Desde el Partido Comunista hasta el Frente Amplio (y ex Frente Amplio), esta izquierda ha hecho lo que ha hecho siempre, cual es, doblegarse ante los intereses y programa de la minoría privilegiada, de los patrones, de los ricos. Han renunciado a una de las principales funciones que establecen los clásicos de la revolución social que es que estos partidos tienen como misión profundizar la lucha de clases y hacer todo lo posible para que alcance un choque cada vez más agudo y frontal con la finalidad de superar el sistema de dominación del capitalismo. Para ello ponen la canción que con un plebiscito se alcanzaría una “nueva” constitución. Ante esto sólo cabe decir:

1. La única nueva constitución se puede alcanzar en una nueva sociedad, bajo un nuevo Estado, con un nuevo modelo económico (no capitalista) y bajo una nueva democracia. Si esto no se cumple entonces sólo estaremos en presencia de la antigua sociedad, del viejo Estado y democracia decadente y con el mismo modelo económico de explotación. Nada nuevo puede ocurrir dentro de los márgenes del capitalismo. Lo único “novedoso” sería las nuevas formas de explotación y de concentración de las riquezas.

2. ¿Cuáles serían algunos elementos para una nueva constitución?

a) Que estableciera que la soberanía reside en el pueblo y no en la nación ya que la nación no es más que la representación del dominio absoluto de la clase dominante reduciendo el ejercicio de esa soberanía a la clase minoritaria que ostenta el poder.

b) Que estableciera que la propiedad sobre los medios de producción social es el mayor de los crímenes desde el cual se desprenden todas las injusticias sociales y explotación.

c) Que el respeto a todas las formas de vida se debe dar mediante la generación de un modelo económico donde el extractivismo, el productivismo y la industrialización son atentatorias a todas las formas de vida y por lo tanto destructoras del medio ambiente.

d) Que se debe avanzar con terminar con todas las formas de explotación basada en una supuesta superioridad ya que esta superioridad sea derivada por una relación de clase (explotación del hombre por el hombre), del especismo (explotación animal), de género (patriarcado, división sexual del trabajo), de la naturaleza (extractivismo), del Estado contra los pueblos originarios (colonialismo), y del Imperialismo contra los pueblos (neocolonialismo).

e) Que la soberanía no sólo se debe entender como el ejercicio del voto (entendiendo que también que el voto realmente decide y no es una mera formalidad (democracia representativa donde el pueblo vota y la oligarquía decide) sino entender la soberanía en que el poder reside en el pueblo, en el ejercicio de la democracia directa, en el pueblo organizado sino también en la capacidad real y efectiva que tiene el pueblo en todos los ámbitos de la vida y de los recursos.

f) Que la independencia y autodeterminación de los pueblos debe ser uno de los pilares fundamentales cuya implementación deben llevar a la superación no tan sólo del capitalismo sino del Neocolonialismo (relaciones económicas con el imperialismo) sino también en la erradicación de todo vestigio colonial y/o neocolonial del futuro nuevo Estado.

g) Que el Estado no puede ser el que tenga el monopolio de la fuerza. La monopolización de la fuerza por cuanto esa es la forma de perpetuar a las fuerzas armadas como brazo armado de la clase dominante donde los fusiles están siempre dirigidos en contra del “enemigo interno”, el pueblo. Si el pueblo es el soberano, donde reside el poder constituyente, es en el pueblo donde debe residir el poder de las armas. Un pueblo en armas.

h) Que existe una real y efectiva separación del Estado de la Iglesia, un Estado Laico, donde se elimine el cuantioso aporte fiscal a las iglesias que en el caso de la Iglesia Católica es financiar las actividades de otro Estado, el Estado del Vaticano.

Pero nada de esto ocurrirá en el contexto del plebiscito y de la futura “constituyente” que será lo más parecido a un león sin dientes. La salida burguesa será solamente una parodia del ejercicio democrático entendido desde esa óptica burguesa donde los reformistas y progresistas asistirán presurosamente al festín para no quedar fuera de la repartija del poder, en el mejor de los casos, o en la obtención de las migajas en el peor de los casos para esos rastreros.

Para quienes abrazan genuinamente la revolución, y que se deciden a no ser parte de esta “fiesta de la democracia” (burguesa), el pueblo está a la espera, está ahí con la misma disposición de lucha, sólo falta que esos movimientos revolucionarios despierten, se unifiquen, levanten sus programas, sus plataformas, su paradigma, su discurso y su ideología, es decir, sólo falta todo. En el intertanto el pueblo sigue en lucha.

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