“EXPERIENCIA POLÍTICA DEL PARO NACIONAL DEL 19 DE JULIO DE 1977, ANÁLISIS TRANSVERSAL, COYUNTURA POLÍTICA ACTUAL”
Los mecanismos de coerción, chantaje y abuso de poder contra los DDHH fueron aplicados desde inmemorables épocas para el control de los pueblos destinados a un sometimiento sistémico por parte de los ladrones de cuello y corbata, vía intereses de obtener ilegalmente legal los recursos naturales que poseen las naciones donde brilla el hambre y la miseria. Nuestro país no fue exento ante estas realidades, son estados endógenos que a la fecha vienen realizando mecanismos con acciones de presión en contubernio con los gobiernos de turno, causando genocidios a costa de obtener su bien preciado, para tal fin requieren un estado debilitado con gremios sindicales empobrecidos y en ese ínterin los grupos de poder transnacional han venido utilizando varios mecanismos de control, entre ellos el psicosocial, prensa mediática (la crónica, correo, el comercio, etc.), abuso directo de poder en declaratoria del estado de emergencia nacional, la suspensión de garantías constitucionales y la aplicación del toque de queda permanente en las ciudades de lima y callao, mientras que para ciudades de provincias se decretaba con intervalos y elevados costos de vida, política laboral liquidadora: recorte de los derechos de huelga, suspensión de la estabilidad laboral y autorización para despidos masivos con el D.S. 011-76-TR, que prohíbe toda forma de paralización colectiva de labores en los centros de trabajo so pena de la rescisión automática de los contratos de trabajo de los infractores, fijación del tope salarial, presentación de los pliegos de reclamos ya no anualmente sino cada 18 meses, autorización del alza de pasajes y precios, especialmente de los productos de primera necesidad reflejados en grandes ”paquetazos”, lanzados periódicamente sobre las población. Encima, la obtención de un crédito externo de 250 millones de dólares por parte del gobierno que dejaba liberados, a los dueños del capital, peruanos e internacionales, de todo compromiso con la solución por lo menos momentánea de los graves problemas del país. Y como siempre, los únicos que debían someterse a una mayor austeridad y miseria fueron los obreros y campesinos; paradójicamente hoy Vizcarra encarna esa realidad con la falsa reactivación económica que favorece a los grupos de poder, en consonancia, los directos y principales beneficiarios de dicha política eran los monopolios internacionales, el FMI, los banqueros y sus socios, situación que se sumaron en un caos social, lo que se convirtieron en factores que convulsionaron nuestro país el 19 de julio de 1977 culminando en un derrotero donde los movimientos y partidos de izquierda así como los sindicatos conjuntamente con el pueblo, especialmente la CGTP, CC, SUTEP entre otros y la intervención directa de las masas obreras, populares conjuntamente con la dirección política del Movimiento Obrero y de los Movimientos de Masas de esa época, se desbordaron y jugaron un rol protagónico que puso fin al régimen militar de Francisco Morales Bermúdez y sus lineamientos políticos de exterminio firmado bajo memorándum impuesto por el país del norte, alineados con el “PLAN CONDOR”, con desapariciones forzosas, alza de precios incongruentes con el costo de vida y más de 5,000 despedidos, así como de pérdida de beneficios ganados motivos suficientes que impulsaron el primer paro en una dimensión a escala nacional registrado en la historia peruana contemporánea. En ese sentido, no debemos olvidar a los combatientes, que ofrendaron su vida por nuestra libertad en todo el territorio nacional y que cada 19 de julio recordamos y conmemoramos como el día de la unidad nacional en todo nuestro territorio.
Sin duda, el gran paro nacional convocado por la CGTP da el golpe más duro que inicia el fin de la dictadura de Morales Bermúdez, que pretendió aplastar a la clase obrera con el despido masivo y el descabezamiento del movimiento sindical en el Perú. sin embargo, casi un año después (el 22 y 23 de mayo de 1978), un segundo paro nacional, más vigoroso y contundente, abrió el camino a la asamblea constituyente y el retorno a la democracia. En ese sentido el paro fue una expresión justa y exitosa de la clase obrera peruana que permitió una rápida aproximación al panorama de luchas obreras del momento, así como a la correlación de fuerzas que se configuraron para emprender o debilitar esta masiva movilización que no pudo ser frenada y que a la fecha ha dejado lecciones de amor por una patria soberana al ritmo del lema del Comandante “CHE” esta ola ya no parara más.
Atte
“La Voz del Pueblo”. Corresponsal de IPNEWS
19 DE JULIO DEL 2020