LA BURGUESÍA CHILENA ENTRE LAS PATADAS Y LOS COMBOS
(¡A DERROCAR A PIÑERA!)
Las contradicciones dentro del Bloque de Poder Dominante se acrecientan. Ya no es sólo la clásica disputa entre gobierno y oposición sino que ahora es acortar el período presidencial y llamar a elecciones presidenciales anticipadas. Si las elecciones presidenciales están fijadas para el mes de noviembre del 2021 Jaime Mulet (ex demócrata cristiano y ahora presidente del partido Frente Regionalista Verde Social) junto al PPD Rodrigo Gonzalez han presentando un proyecto de reforma constitucional para adelantar las elecciones presidenciales para el 11 de abril del 2021.
Esta iniciativa legal retoma la propuesta realizada por el senador Alejandro Guille que al inicio del estallido social propuso lo mismo esto sin la presentación de un proyecto de reforma.
Si bien esto podría marcar un hito político porque sería primera vez que un presidente no termine su mandato desde 1990 también tiene su trasfondo.
Ante los ojos de un sector de los partidos burgueses es preferible que sean ellos mismos los que le den la estocada a un presidente y gobierno que ha hecho todo lo posible por incendiar Chile antes que sea el pueblo mismo el que lo derroque a costa de protestas y barricadas arrasando con todo a su paso como ocurrió en octubre del 2019. Saben que un nuevo estallido social de proporciones se está encubando y que ya se ha iniciado la cuenta regresiva. Más aun si este 25 de noviembre el Tribunal Constitucional acoge a bien lo señalado por el Piñera en cuanto a prohibir la entrega del 10% de las AFP en el esquema del proyecto presentado por la oposición. Sin duda eso traerá un regadero de protestas y los ánimos se volverán a radicalizar aun más.
Lo que pretenden estos parlamentarios, a sabiendas que para que se apruebe la reforma constitucional y el adelantamiento de la elección deben contar con los votos de gran parte de la fuerzas de derecha gobiernista, es imponer la salida burguesa e institucional al derrocamiento de Piñera y situarse ellos mismos como la alternativa más “seria y responsable” para administrar y perfeccionar el modelo neoliberal profundamente cuestionado.
En la vereda del frente, el pueblo sigue con su lucha callejera y organizativa que de seguro irá radicalizando. Ya para el 25 de noviembre y en adelante se desarrollarán protestas para tumbar a este gobierno asesino. Si es que el pueblo por si sólo logra derrocar a Piñera al margen del proyecto de reforma presentado por los parlamentarios, entonces la falsa asamblea constituyente con su 2/3 de quorum y con la prohibición de cambiar el modelo económico bien se podrían ir al tacho de la basura y abrir las puertas para la instalación de una Asamblea Constituyente directa, genuina, libre y popular.
Para que la salida de Piñera sea por la vía popular, el movimiento social debe dar los pasos para constituir su propia dirección política, levantar su propio programa y acelerar la conformación de su propia asamblea constituyente como también mantener la combatividad y radicalización de la lucha. De lo contrario la salida de Piñera terminará siendo por la salida burguesa e institucional que tanto le gusta a los amantes de la democracia burguesa y capitalista.