CHILE. BORIC EL 6º GOBIERNO DE LA CONCERTACIÓN O EL 8º GOBIERNO NEOLIBERAL

Uno de los elementos del actual contexto internacional ha sido el avance que han tenido los partidos neonazifascistas o de ultraderecha no tan solo en Europa sino también en América Latina.
En cada uno de esos eventos electorales, el progresismo, ante la posibilidad de ser derrotado por la ultraderecha, levantan el discurso de la unidad más amplia para frenar al neonazifascismo, a la ultraderecha, claro sin cambiar un ápice de sus programas pro capitalistas y de fortalecimiento del Estado y democracia burguesa y sin tener la voluntad política de cambiar radicalmente las condiciones sociales, políticas y económicas que permiten el avance de esos movimientos genocidas.
Esa campaña del terror de los progresistas, que es enfrentada por la otra campaña del terror provenientes de la ultraderecha, es la más clara muestra y constatación de cómo el bloque de poder dominante, en cada país, muestra sus contradicciones ante la evidente crisis del capitalismo y del orden burgués. Se enfrentan dos concepciones burguesas por la conducción del poder capitalista, por un lado los sectores socialdemócratas, socialcristianos, etc y por otro la ultraderecha. Ambas concepciones en "pugna" bajo el mismo Estado, misma clase dominante y bajo el mismo paraguas de la ideología dominante.
Pero resulta que el progresismo ha sido corresponsable del ascenso de la ultraderecha.
Si cuando han sido gobiernos han optado por incorporarse a la globalización neoliberal, han concurrido a la firma de tratados de libre comercio, han fortalecido el proyecto capitalista-burgués asumiendo ese modelo de sociedad como propio, más allá de las reformistas que puedan impulsar, es decir, al asumir todo ello, y mucho más, han dejado atrás, se han desconectado del proletariado, del pueblo pobre al optar por los capitalistas. Han hecho todo lo posible por vaciar los antiguos partidos obreros de todo su contenido y los han convertido en partidos neosocialdemócratas. Los eurocomunista y Earl Browder pueden cantar victoria.
El abandono de la clase trabajadora ha permitido que los sectores ultraderechas, neonazifascistas, ultraconservadores puedan expandirse a sectores que históricamente les eran hostiles claro desde un discurso agresivo contra el "poder" sin decir que ellos son parte de él.
Esto mismo ha sucedido en Chile desde el momento mismo que se iniciara el retorno a la democracia burguesa (neoliberal) donde el progresismo optó por dejar intacto el modelo de sociedad impuesto durante la dictadura de Pinochet y lo que es peor hacerlo suyo. Desde 1990 hasta hoy, el progresismo ha cohabitado cómodamente, y sin problemas morales, con quienes impusieron el terrorismo de estado y el genocidio como el neoliberalismo. Ante eso qué duda cabe que la ultraderecha se ha visto fortalecida, y tratada como "demócratas", por los socialcristianos y socialdemócratas. Desde 1990 hasta hoy la concentración de la riqueza llega a lo obsceno donde el 1% más rico se adueña del 30% del PIB y según algunos economistas esta concentración sería mayor. Todo bajo los cinco gobiernos de la Concertación y Nueva Mayoría (Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet 1 y 2) y de los dos gobiernos de Piñera. Todo indica que el gobierno de Boric será un gobierno de continuidad, perfeccionamiento y de mayor consolidación del modelo económico contra el cual el pueblo estalló el 2019. Esto hace que el 97% de la población sienta un profundo rechazo hacia la clase política y es lo que explica también la derrota del progresismo en el plebiscito constitucional del 4 de septiembre.
Hace algunos días vimos como Lula Da Silva vencía al fascista Bolsonaro por un margen estrecho. La prensa curiosamente pone el acento en el triunfo y en las amenazas golpistas de los seguidores de ese demente pero no reparan en cómo es posible que un fascista obtenga casi el 50% de la votación. Es como si eso no es de extrañar. Pero quizás la respuesta se pude dar en el mismo triunfo de Lula, en su alianza política.
El triunfo de Lula no puede ser visto como un triunfo de la izquierda por cuanto va en alianza también con partidos de centro-derecha y de derecha al igual que en las elecciones anteriores del PT. Con los mismos partidos que en un tiempo no tan lejano conspiraron para derribar a Dilma Rousseff y de poner al mismo Lula tras las rejas. Esa misma alianza hizo que Lula virara más hacia la derecha, es decir, profundizara aun más el abandono de la clase trabajadora al hacer suyo los planteamientos de la derecha, clara ahora esa derecha se viste de "demócrata", de "responsable" y de "defensores de la democracia".
Pero esto mismo pasó en Chile en las elecciones de 1999 donde Ricardo Lagos, el socialdemócrata por excelencia, pudo derrotar al delfín del pinochetismo, de la derecha fascista apenas por 3% y posteriormente Sebastián Piñera lograría acceder al gobierno en dos oportunidades.
Boric triunfó con el mismo discurso anti fascista, del caos, derrotando a José Antonio Kast por también un margen escuálido. Fue tanta la campaña del terror que no votar por Boric, el traidor, era motivo de repudio y condena. Pero, ¿qué pasó después?
Pasó lo que pasa siempre cuando el anti fascismo es enarbolado por el progresismo. Después del terremoto político, los progresistas ya triunfadores vuelven a gobernar con las ideas de los fascistas que decían combatir, comienzan a ejercer la represión contra los trabajadores y pobre de la ciudad y del campo que decían venir a liberar. No dudan de golpear a estudiantes secundarios ni de militarizar la Araucanía como mantener a los presos políticos bien presos. Para ellos eso no son políticas de ultraderechas, neofascistas sino es hacer respetar el orden pública, las leyes y el estado.
Pero lo que es peor, la careta se termina de caer cuando Boric se deshace en elogios al gran empresariado, cuando apoya a la policía asesina y cuando en cadena nacional lanza una reforma de pensiones donde la muerte de las AFP es sólo semántico y donde se avanza a su perfeccionamiento.
En el tiempo transcurrido del gobierno de Boric, marzo 2022 hasta hoy noviembre 2022, queda claro que este, el gobierno de Boric será el 6º gobierno de la Concertación y el 8º gobierno neoliberal que Chile ha tenido desde 1990. Durante toda la vida "republicana", todos los gobiernos que ha tenido Chile han sido gobiernos oligárquicos-burgueses que se han diferenciado entre ellos al ser algunos liberales, conservadores, reformistas y donde Boric será uno más de ellos. Quizás se mantendrá la idea que durante toda esa historia republicana solamente 3 años Chile ha sido gobernado por la izquierda y ese fue el gobierno de Salvador Allende, porque el de Boric claramente no es de izquierda sino neoliberal.
¿Cuál será el desarrollo de los candidatos progresistas en América Latina que vencieron a los candidatos fascistas desde ese "antifascismo"? ¿Cuáles serán las reformas o cambios estructurales de importancia que esos gobiernos lleven a cabo con la finalidad, también, de frenar al neonazifascismo, con la idea de eliminar las condiciones políticas, sociales y económica que permiten ese avance?
Parece que no será de mucho ya que pronto veremos como a esos gobiernos progresistas le sucederán nuevos gobiernos de derechas ya sean de centro-derecha, derecha o ultraderecha pero ahí nada importará porque los progresistas dirán que "de eso se trata la democracia, de la alternancia en el poder" como si la clase dominante se alterne con la clase trabajadora para que esta gobierne.
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