CHILE. EL MULTILATERALISMO IMPERIALISTA

CHILE. EL MULTILATERALISMO IMPERIALISTA
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La participación de Chile, nuevamente, en la Cumbre de las Américas (2022, EE.UU) sirve para reconocer nuevamente la sumisión de la política exterior de Chile a los intereses del imperialismo. 

La primera Cumbre de las Américas se realizó en 1994 (9 al 11 de diciembre) bajo la presidencia del demócrata Bill Clinton. Fue en el primer mandato de Clinton cuando este trabajó por nuevas sanciones contra Cuba en los que se conoce la Ley Helms-Burton (endurecimiento del bloqueo a Cuba, guerra económica) y cuando EEUU utilizando la OTAN bombardeó Bosnia, en la ex Yugoslavia. Fue también uno de los objetivos de esa primera Cumbre de las Américas la discusión sobre los Tratados de Libre Comercio, el plan estratégico ALCA. En 1994 entraba en vigor el TLC firmado por EEUU, Canadá y México. Chile comenzaba a negociar su propio TLC con la potencia del norte. En ese contexto de guerra económica y militar, y TLCs, Chile no tuvo problemas en participar por lo demás las bombas caían en Europa Central y no en Santiago. Lo principal para el gobierno empresarial chileno eran los negocios y su inserción rápidamente en la globalización proceso fundamental del neoliberalismo, del imperialismo. Lo que le importaba a Chile es que fuera utilizado como ejemplo para el resto del mundo por la "solidez" de su modelo económico y lo "ejemplar" de su transición a la democracia y de sus políticas reparatorias sobre las violaciones a los derechos humanos y genocidio durante la dictadura de Pinochet. El imperialismo necesitaba un "niño símbolo" para expandir sus objetivos y Chile resaltaba para esa función de "esclavo satisfecho". 

El discurso justificatorio de las autoridades de ese entonces, hasta hoy, es que Chile, su política exterior, tiene historia de respeto al multilateralismo, de su inserción en el contexto internacional y en el derecho internacional. Pero lo que no dicen las autoridades chilenas es que es multilateralismo que Chile reconoce, y al cual le prende velitas, es el multilateralismo que el imperialismo impone desde su posición de fuerza y hegemonía que le otorga su enorme poder. Chile no duda en ser parte de la OEA a pesar que esta organización ha cumplido siempre la función de un "ministerio de colonias" como lo señalara Cuba cuando esta abandonó esa representación del "patio trasero" yanki. De hecho José Miguel Insulza fue su secretario general. 

Chile también aportó a economistas como directores del Fondo Monetario Internacional, Nicolás Eyzaguirre, misma institución que impone los ajustes económicos que hace trizas a las naciones subdesarrolladas y neocolonizadas. Heraldo Muñoz fue representante de Chile en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas e impulsor en la creación del tristemente célebre Grupo de Lima. Qué decir de Bachelet que ha utilizado su cargo como Alta Comisionada de Derechos Humanos para atacar los proceso populares y callar las graves violaciones a los derechos y genocidas por parte de las fuerzas imperiales en sus diversas guerras de invasión como en sus propios países. Ese es el multilateralismo que a Chile le acomoda más. Por eso su incomodidad en su participación en la UNASUR, en la CELAC, su censura a Telesur y sus permanentes condicionamientos en sus relaciones diplomáticas con Cuba y Venezuela dejando en un bajo nivel el intercambio comercial con Cuba. 

El compromiso de Chile con ese multilateralismo imperialista también se representa en la mantención de todos los acuerdos de cooperación militar entre Chile y EEUU continuando con el envío de efectivos militares a la Escuela de las Américas, su participación en la Operación UNITAS, el permiso otorgado por Chile para que tempranamente en el transición el FBI pudiera abrir su "oficina" en Chile y la cuantiosa delegación norteramericana en Chile de los cuales gran parte forma parte de los servicios de inteligencias yankis entre ellos la CIA. La embajada yanki más parece un centro de espionaje que una recinto diplomático pero a Chile eso no le preocupa y lo considera como parte de ese multilateralismo que tanto gusta aplaudir. 

Con ese respaldo imperial, nos hemos acostumbrado a las declaraciones prepotentes y soberbias de los presidentes chilenos en esas cumbres en relación a Cuba y Venezuela como aquellas de Boric cuando señala que la existencia de "presos políticos" en Cuba le resulta "INACEPTABLES", es decir, las autoridades cubanas deberían pedirle permiso a Boric para administrar justicia para ver su acepta o no sus resoluciones. O decir que le hubiese gustado que Daniel Ortega hubiese asistido a la cumbre para decirle EN SU CARA que es un dictador en un claro lenguaje matonesco, de barrio o propio de una mafia. O quizás quiso decir que se perdió la oportunidad de hacerle una encerrona ante el mundo.

Esas actitudes más de denotar un respeto al derecho internacional es el fiel reflejo de un cobarde que acompañado de su amo hace gala de un supuesto coraje político-moral del cual carece. Claro ese coraje político-moral lo empleó cuando gestionó el salvataje del gobierno de Piñera durante el estallido social (Acuerdo Nacional por la Paz, noviembre, 2019) o cuando durante la última cuenta pública alabó a Joaquín Lavín uno de los iconos juveniles de Pinochet durante la dictadura como lo es él hoy. Coraje del cual también careció ante el gran empresariado chileno y norteamericano ante los cuales se presentó como una gatito eunuco, faldero. 

Si alguien pensó que Boric pudiera haber visitado la Cumbre de los Pueblos Anti Imperialista simplemente se equivocó y quiere decir que nada conoce de cómo funciona el progresismo chileno, sus lógicas. Eso demuestra que la "lealtad" de Boric con los movimientos sociales simplemente no existe. En definitiva, la política exterior de Chile, ese multilateralismo que profesa, no es más que reconocerse y hacer suyo la Doctrina Monroe. 

Para seguir leyendo

https://www.elmostrador.cl/noticias/mundo/2022/02/12/que-esperar-de-la-proxima-cumbre-de-las-americas-y-que-nos-dicen-las-lecciones-de-la-historia/

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