CHILE: LA FALSA CONTRADICCIÓN ENTRE ESTADO UNITARIO Y ESTADO FEDERAL

(¡BASTA YA DE CONCILIAR ES LA HORA DE LUCHAR)

CHILE: LA FALSA CONTRADICCIÓN ENTRE ESTADO UNITARIO Y ESTADO FEDERAL

El proceso constitucional ha estado entrando en el “fondo” para lo cual fue creada la convención generando polémica en los sectores más reaccionarios y apegados al pie de la letra al neoliberalismo donde la derecha fascista se encuentra en “estado de reflexión” y con la intención de algunos de abandonar la convención al reclamar que sus demandas no están siendo acogidas y donde serían los “radicales” los que estarían redactando la nueva constitución capitalista-burguesa.

La polémica se encendió con la aprobación de una veintena de artículos, aun no definitivos, que avanzan hacia la creación de un Estado descentralizado o un Estado Federal. Esta disputa entre quienes abrazan el actual Estado Unitario de Chile con aquellos que impulsan la aprobación de un Estado Federal retrotrae la disputa que se dio en Chile en 1828 bajo el gobierno del general Ramón Freire que al final fue derrotada mediante la traición y conspiración de las fuerzas reaccionarias conducidas por Diego Portales imponiendo así una dictadura eterna.

Lo anterior ha llevado a declarar por los sectores “unitaristas” que de mantener ese rumbo en la redacción del nuevo articulado la nueva constitución burguesa no gozaría de la legitimidad necesaria y ya los mismos estarían organizando y llamando a votar rechazo en el plebiscito de salida. Pero ante esto hay algunas cosas que se deben precisar.

Primero, la disputa descrita se encuentra dentro de los limites de una disputa inter burguesa, es decir, entre las diferentes facciones de la clase dominante y ello tiene su base en cómo revitalizar el capitalismo y su democracia todo con la finalidad de resguardar los intereses de la clase dominante en circunstancias del profundo hastío con el actual modelo, régimen y sistema de grandes sectores del pueblo el cual se expresó durante el estallido social (2019) y antes de este.

Segundo, la clase dominante sabe que existe un descontento y rebeldía profunda que no ha cesado y que de no manejar bien la situación bien puede entrar en una crisis pre revolucionaria o en un proceso de largo estallido. Para evitar aquello y continuar con el desarrollo del capitalismo y adaptarlo a las nuevas circunstancias político-sociales, que se da también dentro de la crisis del capitalismo mismo, se debe desarrollar una puesta en escena donde se vuelva a seducir a las masas en la viabilidad del capitalismo remozado y de su democracia burguesa todo bajo el manto de una nueva constitución y de un falso proceso deliberativo.

Tercera, esa seducción en marcha tiene a la vez varios elementos que van en la dirección de la agenda ciudadanista-socialdemócrata que le impregna “poesía” a la Convención pero que no altera en lo más mínimo la realidad de la concentración del poder. Ellos levantan la bandera de lograr una “mayor distribución del poder”, es decir, una forma diferente en la administración del poder sin que el poder cambie de manos, cambie de una clase por otra. Para lograr esa “mayor distribución del poder” incorporan al proceso constitucional y a la redacción misma elementos “novedosos” como la paridad de género, la plurinacionalidad, el federalismo, diversos sistemas de justicia, la justicia con perspectiva de género, etc.

El problema de ello es que cada uno de esos conceptos evitan entrar al problema de fondo cual es que el poder lo concentra una clase en particular, clase dominante, y por más que se imponga esos criterios (paridad de género, la plurinacionalidad, el federalismo, diversos sistemas de justicia, la justicia con perspectiva de género, etc.), por más que el poder sea distribuido el poder seguirá concentrado en las manos de la misma clase dominante. Es una ilusión más del reformismo

Cuarto, la disputa entre la mantención de un Estado Unitario y un nuevo Estado Federal también, al igual que lo anterior, es falso. Un Estado Federal Burgués-Capitalista como es el que se pretende imponer no es tampoco la solución para los intereses de los pueblos y trabajadores. Argentina, Brasil y México son Estados Federales desde sus inicios y sin embargo las condiciones de miseria, narcotráfico, destrucción del medio ambiente, patriarcado, genocidio de los pueblos originarios, explotación, saqueo de sus economías, dependencia de las mismas son tan brutales como las realidades del resto de las naciones latinoamericanas que se rigen bajo un Estado Unitario Burgués-Capitalista.

Las condiciones miserables de los pueblos y de los trabajadores no cambian si es que estas se dan dentro de un Estado Unitario o Federal ya que ambos son Estados capitalistas con la una diferencia que su administración política es diferente, su organización.

Quinto, si el problema es la “descentralización del Estado y del poder”, entonces, lo más descentralizado es son los Órganos de Poder Popular y el ejercicio del Control Obrero pero eso significa arrebatarle el poder a la clase dominante-capitalista a lo cual los progresistas no están dispuestos sino que imponen todo lo contrario, cual es, la conciliación de clase y la humanización del capitalismo, como si esto último fuera posible.

Sexto, la única forma que los intereses de los pueblos y de los trabajadores cambie sustancialmente es que se pase de un Estado Burgués-Capitalista (más allá que sea unitario o federal) a un Estado Socialista. Ese cambio de estado no es un cambio nominal y tampoco se puede dar dentro de los marcos de la democracia burguesa o mediante reformas sucesivas dentro de los arcos del Estado Burgués (reformismo, revolución desde arriba) sino que se debe dar desde un proceso revolucionario que tenga como finalidad la toma del poder y la destrucción del antiguo. Por lo tanto, no es lo mismo un Estado Unitario o un Estado Federal si estos se dan en una sociedad capitalista o en una sociedad socialista. En ambos casos el poder se encuentra en clases diferentes (burguesía y proletariado, respectivamente)

Séptimo, algunos dirán que sí existió un Estado Federal Socialista (URSS) la cual colapsó, y por ende, “fracasó”, y al ser así el socialismo tampoco sería la solución mágica para que los trabajadores y pueblos superen su realidad en el capitalismo. Es relativo.

Se sabe que cuando en la URSS se dio efectivamente el socialismo los pueblos del nuevo Estado lograron avances y mejoramiento efectivo de sus condiciones de vida dejando atrás siglos de atrasos. Pero también se sabe que la lucha ideológica y de clases también se mantienen dentro de la dirección revolucionaria y que esta lucha al final de cuentas la ganaron los sectores reaccionarios y pro capitalistas dentro de la misma y que fue esa contrarrevolución la que al final degeneró la construcción revolucionaria, restauró el capitalismo y al final derrumbó lo que quedaba de socialismo.

Octavo, todo lo anterior ya sea desde el actual proceso constitucional o ya sea hacia la toma del poder nos debe llamar la atención a lo siguiente:

  1. Los trabajadores-pueblos oprimidos y explotados, ambos, nada podrán conseguir ni cambiar sustancialmente sus vidas y condiciones dentro del capitalismo ni dentro de la democracia y Estado burgueses sin importar si este es Unitario o Federal, si se dan dentro de los márgenes de la antigua o nueva constitución capitalista. Las condiciones de vida de los explotados no cambiarán porque las condiciones de vida de la clase dominante tampoco lo harán ni en un ápice. La concentración del poder y de las riquezas no será alterado como tampoco la explotación del hombre por el hombre y como tampoco la propiedad privada sobre los medios de producción cambiarán de “dueños”.
  2. Que, si se trata de democratizar la sociedad chilena, entonces, tiene que ser la mayoría social la que ejerza el poder, que se lo tome y esa mayoría social no es otra que el proletariado. La mayoría manda y la minoría (burguesía) obedece.
  3. Que, si se trata de democratizar y mejorar las condiciones de vida de la mayoría social, entonces, los medios de producción no deben ser privatizados, estatizados ni nacionalizados, sino que estos se deben someter a un proceso de socialización bajo control obrero.
  4. Que, en el actual momento constitucional, y en adelante, es tarea de los trabajadores y pueblos separar aguas de los proyectos políticos burgueses-capitalistas y avanzar en la construcción de su propio instrumento revolucionario, de su propia fuerza y estrategia cuya finalidad sea insurreccionar al conjunto de la sociedad, subvertirla hasta los cimientos, revolucionar las conciencias y organizar la revolución socialista que hace falta. Todo desde abajo, desde la creación de los órganos de poder popular que lleve a la destrucción del antiguo Estado Burgués que pretenden prolongar y la instauración de un nuevo Estado y Democracia Socialista.
  5. Que, ese proceso revolucionario, precisamente por ser revolucionario, se da desde afuera de la institucionalidad burguesa, desde fuera del Estado actual, pero por, sobre todo, el proceso revolucionario y la construcción socialista, se da desde abajo para los de abajo. Nada se consigue con la “distribución del poder” por cuanto es administrar el mismo poder capitalista para los capitalistas. Todo se consigue con la toma del poder por parte de los trabajadores y pueblos porque es tomado por y para los trabajadores y pueblos mismos.

Por último, lo que estamos en presencia, Convención Constitucional, no es más que un “juego de piernas”, al más puro estilo de Muhammad Alí, que sólo pretende confundir al enemigo de clase (trabajadores y pueblos) para perpetuar el poder dictatorial-capitalista. Una dictadura no se puede reformar a sí misma. Un monstruo no se puede humanizar a sí mismo. Un verdugo no se puede convertir en buena persona por más poesía que recite mientras asesina a su víctima. La horca, la guillotina, el fusilamiento, la inyección letal no son más o menos humanas dependiendo del grado de sufrimiento que le causa al condenado. Todas son igualmente brutales.

La miseria, la pobreza, la explotación, la represión no es más suave si es que se dan bajo la nueva constitución o bajo la antigua, bajo un Estado Unitario o Federal, con o sin paridad, con o sin plurinacionalidad.

Es momento de asumir aquello de: “si todo lo producimos, todo lo decidimos”.

¡A agudizar la lucha de clases! ¡A ganar la lucha de clases a favor de los pueblos y trabajadores!

Toda la clase proletaria, todos los pueblos: ¡AL PODER!

Todo el poder a la clase proletaria y a los pueblos.

Nada de distribución: ¡A TOMARSE EL PODER!

Para seguir pensando, revolucionando

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