CHILE: LA ULTRAIZQUIERDA: CABALLO DE TROYA DE LA DERECHA
¿NO SERÁ EL PROGRESISMO EL CABALLO DE TROYA DE LA DERECHA?
Ya comienzan a aparecer pánicos escénicos, estados de sumo estrés, histeria y desesperación en el progresismo que con el correr del tiempo, y el pasado de las semanas, han ido dejando atrás la euforia de las elecciones y plebiscitos realizados este año y a fines del año pasado donde todo era color de rosas. Las divisiones y disputas internas están a la orden del día estas van desde la ex Concertación, donde la traición se vuelto común, hasta la Lista del Pueblo donde la improvisación, a falta de estrategia, se ha tomado el espacio y donde las ansias de poder personal reemplaza el vacío programático como táctico.
Lo anterior no pone en riesgo a la gobernabilidad del futuro congreso cuya elección es en el mes de noviembre del presente año o que Gabriel Boric, el cachorro del Frente Amplio y del Partido Comunista (Apruebo Dignidad), entre otros, pueda llegar a La Moneda, sino que corre el riesgo que la Convención Constitucional se parezca cada vez más a un cumpleaños de monos. En ambos casos, el común denominador es la ausencia de una táctica y estrategia del progresismo lo cual se reduce, o actúa como su reemplazo, a la lucha por el poder como si eso fuera lo central y la generación de un nuevo poder.
En este escenario, ya están apareciendo voces que desentierran aquella vieja y oxidada hipótesis que culpa a los sectores revolucionarios por el fracaso del proyecto de los reformistas-progresistas y no a los progresistas mismos. Para ello, echan mano a los ataques que hiciera el Partido Comunista posterior al golpe de estado levantando ese discurso acrítico como reaccionario. Ahora, se presente asociar ese planteamiento de antaño a las dificultades que enfrenta nuevamente el progresismo culpando a la Lista del Pueblo al supuestamente ser esta una expresión de “ultraizquierdismo” (=revolucionarios). Nada más alejado de la realidad.
Quien asume este discurso reaccionario es el periodista del diario electrónico El Mostrador, Rafael Alvear, quien comete graves errores políticos, y para qué hablar de errores ideológicos.
Ante ello cabe decir.
Si se quiere usar ese argumento, de culpar a la ultraizquierda, en un medio masivo es de toda justicia que en el mismo haga presente los argumentos que en aquellos años hiciera la “ultraizquierda”, es decir, los sectores revolucionarios.
Tampoco es correcto sacar de contexto los hechos históricos que derivan en posiciones político-estratégicos diferentes y opuestos por cuanto ello son producto de la interpretación que hacen los distintos actores de la lucha de clases. En aquella época, por lo menos, había tres grandes corrientes que tenían visiones diferentes, y antagónicas, de cómo se expresaba la lucha de clases:
- Las fuerzas burguesas-fascistas-golpistas que buscaban la defensa de sus intereses oligárquicos
- Las fuerzas reformistas de izquierda que buscan desacelerar el proceso popular y pactar con sectores de la burguesía golpsita.
- Las fuerzas revolucionarias que buscaban desbordar el proceso y producir una verdadera revolución desde abajo y no desde arriba.
Los resultados están a la vista: el triunfo de las fuerzas burguesas, el fracaso de la revolución por la vía pacífica y la imposibilidad de las fuerzas revolucionarias de abrir un proceso de esas características. Quienes son responsables del fracaso del proyecto hegemónico dentro del campo popular, Vía Pacífica al Socialismo, son precisamente los que pretendieron hacer creer a las masas que era posible arrebatarle a la clase dominante su poder por la vía legal sin que ella recurriera al genocidio, al terrorismo de Estado teniendo como antecedentes las numerosas matanzas campesinas, obreras, indígenas y urbanas que ya registraba la historia de Chile y del Wallmapu. No fueron precisamente los sectores revolucionarios los que decían que las fuerzas armadas eran leales y constitucionalistas, ¿las mismas fuerzas armadas asesinas que siempre han sido el brazo armado de la burguesía? ¿Esas fuerzas armadas?
En el contexto actual pensar que la Lista del Pueblo constituye el sector de “ultraizquierda” al interior de la convención no es entender un ápice de política. La LDP en nada se acerca a un sector revolucionario partiendo que los revolucionarios no caen en las redes del electoralismo, se construyen en base a una lectura revolucionaria de la lucha de clases, cuentan con un partido revolucionario junto a una estrategia revolucionaria de poder todos estos elementos carentes y ausentes en la LDP. Por último, ninguno de los militantes revolucionarios andaría vestido de superhéroe.
Comenzar a culpar a otros del propio fracaso no es más que atrasar la propia sepultura y esconder su propia bancarrota. Pero también esta actitud de culpar a otros es también una forma sutil de entregar a la represión a otros para que engrosen las filas del “enemigo interno” y para que sobre ellos caiga “todo el peso de la ley” a saber la represión más brutal ya que el problema no serían las evidentes falencias y falacias de la política progresista sino serían los “ultraizquierdistas”.
Pésimo argumento del señor Rafael. El periodismo político debería tener como misión elevar el debate político, no rebajarlo ni menos tergiversar la historia presente ni menos pasada más aun cuando hay muertos, desaparecidos y torturados en el camino.
Anexo
“La ultraizquierda: el caballo de Troya de la derecha”, Rafael Alvear, El Mostrador, 16 de agosto, 2021
“Dos estrategias en el proceso chileno”, Ruy Mauro Marini, 1974
http://www.marini-escritos.unam.mx/049_dos_estrategias_chile.html
“ La “Vía Pacífica” de Corvalán: camino contrarevolucionario”, Raimundo León, Partido Comunista Revolucionario, 1964
https://www.archivochile.com/pp/pcr/pcr00001.pdf
“Marxismo y Revisionismo”, V.i Lenin, 1890
https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1900s/3-iii-08.htm
“Reforma o Revolución”, Rosa Luxemburgo