CHILE: NO SÓLO UN GOBIERNO INEPTO Y CRIMINAL
EL CAPITALISMO TAMBIÉN LO ES.
Iniciada la pandemia a nivel mundial esta no tardó en llegar a Chile. Al igual que en el mundo, Piñera y su séquito adoptaron igual discurso: es un virus nuevo y estamos aprendiendo. Esta justificación sirvió para que durante todo un año se cometieran todo tipos de barbaridades que sólo sirvieron para aumentar el nivel de contagio y de muertes, como para el despido de trabajadores masivamente y de paso pasar la aplanadora con todas las leyes económicas que en circunstancia normales no hubiese sido posible. La pandemia ha servido para profundizar y radicalizar aun más el neoliberalismo que ya es bastante criminal en contra del conjunto del pueblo.
Los niveles de contagio, las nuevas cepas y el alza en las muertes indica que el bicharraco no parará en causar estragos este año y que lo más probable es que continúe el 2022 esto por las políticas llevadas a cabo por Piñera ya que este encontró la llave maestra en él tanto para poder terminar su mandato como para avanzar en su agenta criminal-empresarial.
En todo este escenario, y sumado al escenario anterior al Covid 19 donde se estaba visibilizando la profunda crisis medio ambiental que está viviendo Chile y la crisis hídrica ya sea como consecuencia del saqueo o de la sequía, el problema de fondo es el estado extremo de vulnerabilidad en que se encuentra la vida de los trabajadores con Covid, sin Covid o con Covid más la crisis previa. Cualquiera sea el enfoque que se quiera usar la vida de los animales humanos se encuentra al borde del precipicio en Chile como la vida de los animales no humano y de todas las formas de vida también.
Dicho esto, lo grave también es que como Piñera y los suyos están en un proceso de aprendizaje permanente sobre la pandemia tampoco se hacen cargo por los 32.000 fallecidos por Covid, de los miles de familias afectadas por la cesantía y el hambre, ni menos por el incremento de la pobreza. Nadie responde por esta catástrofe social y el pueblo lo debe enfrentar solo ya sea sacando sus fondos de las AFPs, su seguro de cesantía, mediante ollas comunes o aceptando empleos extremadamente precarizados.
Se ha hecho costumbre que ante catástrofes sociales y de vidas humanas el Estado y los gobernantes queden impunes. Esto no sólo ocurrió con el tsunami que causaron numerosas víctimas y donde Bachelet salió limpia sin siquiera un coscacho, para después ocupar cargos en la ONU como si nada ocurre también en los miles de personas que han fallecido por no recibir atención médica oportuna (listas de espera) siendo el turno ahora de los muertos a causa del Covid o con los niños y adolescentes asesinados y torturados en dependencias del Sename entre otras muchas situaciones donde también encontramos todos los crímenes contra la humanidad derivado del terrorismo de Estado durante el estallido social.
La pregunta del millón entonces es: ¿alguna vez estos gobernantes criminales van a pagar ante la justicia sus crímenes? ¿alguna vez este sistema criminal al cual llaman capitalismo pagará sus deudas con el proletariado?
Estos criminales se acostumbraron en hacer malas políticas, ahondar aun más niveles de desigualdad, aumentar los niveles de explotación y de riquezas de los más ricos, y de continuar con el saqueo de nuestras riquezas a sabiendas que nada les pasará. Es hora de cobrar las cuentas pendientes, pero llevarlos detrás de las rejas y eso no se logra entrando a jugar desde dentro de la institucionalidad y menos con repartir el poder como lo plantea el Frente Amplio y los progresistas, el problema no es cuotas de poder más o menos sino el problema central es la toma de poder, en serio.