CHILE: TERRORISTAS INCENDIAN CARRO POLICIAL
(EL TERRORISMO POLICIAL ARREMETE)
Ayer, 12 de febrero y en Plaza Dignidad, Región Metropolitana, manifestantes protestaron contra los últimos hechos de terrorismo policial que se tradujo en el asesinato del artista callejero Francisco Martinez Romero en Panguipulli, de Camilo Miyaki en la comuna de Pedro Aguirre Cerda y de otro joven también asesinado a manos de la policía militarizada de Carabineros de Chile.
En ese contexto, nuevamente se produjo mucha violencia policial contra los manifestantes lo que provocó la respuesta ante esas agresiones. En las inmediaciones de Plaza Dignidad, Barrio Bellavista, un carro policial fue incendiado. La versión oficial del gobierno como del alto mando acusa a “la acción de encapuchados” agregando lo ya sabido que “caerá sobre ellos todo el peso de la ley”. Así, y como consecuencia de la represión policial, fueron detenidos alrededor de 30 manifestantes muchos de los cuales están siendo acusado de porte de artefactos incendiarios y otros de ser los autores de la quema del carro policial.
En el video que circula en internet de este carro incendiado se puede ver claramente cómo el carro es rodeado a lo menos por ocho efectivos policiales, con sus trajes anti disturbios, y como desde su interior salen a lo menos, también otros cinco efectivos. Todos ellos, aproximadamente, trece efectivos, salen corriendo dejando abandonado el carro policial cuando desde el interior de este aparecen las llamas y comienza el incendio del furgón policial. También el video muestra que, si bien se escuchan los gritos de los manifestantes, en su cercanía inmediata, al carro policial, no se encuentra ninguno y tampoco se ve a ningún manifestante arrojando bombas molotov hacia su interior.
Como ya se ha hecho costumbre, y una práctica del Ministerio del Interior del gobierno de Piñera, esta fuerza terrorista policial ha realizado numerosos montajes a lo largo del estallido social que van desde la quema de micros de transporte público, incendio en estaciones del metro de Santiago, quema de funcionarios de carabineros, como muchos otros sin contar con el montaje que supuso las operaciones de “inteligencia” contra el Pueblo-Nación Mapuche conocidas como Tauro y Huracán.
Si una acción terrorista es definida como aquella destinada a “causar terror en la población” bueno estos montajes tienen esa finalidad y también justificar todas las políticas, tácticas y estrategias destinadas a alimentar la idea del “enemigo interno”, reeditar aquello que “existen fuerzas extranjeras” en el estallido social y en los grupos “anti sistémicos” como también preparar el terreno justificatorio ante el nuevo estallido que vendrá a partir de marzo y más concretamente en el contexto de la Convención Constituyente donde se reanudarán, seguramente, las marchas masivas por la exigencia de cambios estructurales y el fin del neoliberlismo lo cual la clase dominante, la clase política y el progresismo no están dispuestos a otorgar ni conquistar.
Debido a lo anterior, y las próximas acciones terroristas encubiertas de la mano del Ministerio del Interior y sus agencias, resulta de suma importancia estar atentos en todas las manifestaciones, hacer uso correcto y masivo de los celulares y redes sociales para la denuncia de estos montajes. Convertirnos todos en reporteros populares, y estar atentos a las fuerzas represivas. No aceptar provocaciones y asumir que todo lo que la prensa oficial muestra no es verdad. Cada una de ellas se debe analizar con ojo y mentalidad crítica.
Los medios de información digital alternativos, la prensa popular, ejercer como corresponsales y convertir las redes sociales en muros de denuncia no sólo puede ser una herramienta efectiva y poderosa en la lucha ideológica sino también los registros gráficos pueden ayudar a sacar a los detenidos de los centros detención, de las cárceles, denunciar a los asesinos, frenar en parte los crímenes contra la humanidad y el terrorismo de estado y ser también una herramienta poderosa en la defensa de los derechos fundamentales de las personas y de su integridad física y psicológica.