CHILE.UNA SOBERANÍA DEL PUEBLO EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE

(ENTRE SECUESTRO, REJAS Y FUSILES)

CHILE.UNA SOBERANÍA DEL PUEBLO EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE
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La clase política chilena, desde el Partido Comunista de Mercado hasta el fascista Partido Republicano, no dejan de dar vergüenza y rabia.

Como lo hemos venido señalando en artículos anteriores, la soberanía del pueblo ha estado siendo secuestrada desde la imposición del cronograma constitucional, durante el desarrollo de la Convención Constitucional, en la redacción de propuesta de la nueva constitución progresista-culturalista y ahora en el contexto de la nueva negociación, o acuerdo nacional al interior de la clase política y clase dominante, de un nuevo proceso constitucional.

Tanto en el proceso anterior, Convención Constitucional, proceso sobre el cual los progresistas gustan en alzar al altar como un “proceso único en la historia de Chile” hasta ahora, el gran ausente ha sido precisamente el pueblo, el pueblo organizado, el pueblo deliberante. Ha sido al pueblo al cual le han prohibido entrar en un proceso genuino de asamblea constituyente donde esta decida libremente y por sí solo los marcos legales-jurídicos en los cuales se debería realizar dicho proceso. En todos estos procesos ha sido la clase política la que le ha impuesto la camisa de fuerza, la ha restringido y la minimizó a lo que denominaron Convención Constitucional que da para cualquier cosa como fue en los hechos.

Después del plebiscito del 4 de septiembre, donde la salida burguesa a la crisis quedó en un callejón sin salida, la clase política desde los comunistas hasta los republicanos se han sentado a la misma mesa de negociaciones para acordar el salvataje a un sistema político-económico que se cae a pedazos al igual que un cuerpo con gangrena. Todo el espectro político sistémico ha corrido para unir fuerzas antes que no quede nada que salvar. Todos unidos para salvar al Estado Opresor, a su democracia formal-representativa y al capitalismo salvaje como los señalara el mismísimo Papa León XIII. Pero pareciera ser que ni siquiera las palabras de León XIII les sirve a los comunistas para que se den cuenta del camino traidor que han tomado hace ya bastante tiempo. ¡Para qué hablar de Marx, Engels y Lenin! Hace tiempo que los enterraron o desterraron.

El primer proceso Constitucional fue enmarcado en el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, 15 de noviembre de 2022. Este se desarrolló en los marcos de la Ley 21.200 a la cual gran parte recurren como punto de referencia para que el nuevo proceso constitucional se calco y copia, es decir, que nuevamente la esencia de la Ley 21.200 vuelva a regir a la nueva convención.

¿Qué decía la Ley 21.200?

En dicha ley en sus Disposiciones Especiales, Artículo 135, señala:

La Convención no podrá intervenir ni ejercer ninguna otra función o atribución de otros órganos o autoridades establecidas en esta Constitución o en las leyes”.

Esto quiere decir que la Convención no actuó en el primer proceso, ni actuará en el segundo proceso constitucional, como organismo plenipotenciario, vale decir, la soberanía total no radicará en la convención sino será una convención limitada, restringida o de seguridad nacional al igual que la democracia que reina en Chile.

Lo anterior se ratifica en su inciso segundo y tercero al señalar que:

Mientras no entre en vigencia la Nueva Constitución en la forma establecida en este epígrafe, esta Constitución seguirá plenamente vigente, sin que pueda la Convención negarle autoridad o modificarla”.

En conformidad al artículo 5º, inciso primero, de la Constitución, mientras la Convención esté en funciones la soberanía reside esencialmente en la Nación y es ejercida por el pueblo a través de los plebiscitos y elecciones periódicas que la Constitución y las leyes determinan y, también, por las autoridades que esta Constitución establece. Le quedará prohibido a la Convención, a cualquiera de sus integrantes o a una fracción de ellos, atribuirse el ejercicio de la soberanía, asumiendo otras atribuciones que las que expresamente le reconoce esta Constitución”.

(Cabe señalar que el concepto Nación no se refiere a todo el pueblo sino al “Estado políticamente organizado”, es decir, a la clase dominante).

Pero quizás lo más polémico y repudiable es lo siguiente:

El texto de Nueva Constitución que se someta a plebiscito deberá respetar el carácter de República del Estado de Chile, su régimen democrático, las sentencias judiciales firmes y ejecutoriadas y los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”.

Cuando se establece que se “debe respetar el régimen democrático” quiere decir que los cambios que se pueden realizar a este, y hoy vigente bajo la constitución Pinochet-Lagos, serán meramente cosméticos, superficiales manteniendo su esencia y carácter oligárquico, anti democrático. Pero también cuando señala que no se pueden modificar “las sentencias y tratados internacionales ratificados por Chile” no sólo se refieren a las leyes que imponen la impunidad empresarial y a los poderes políticos y militares sino también quiere decir que los 60 tratados de libre comercio no puede ser modificados ni anulados. En pocas palabras el neoliberalismo, sus pilares, no pueden ser derrumbados, el modelo económicos no puede ser alterado ni menos los compromisos con el capital transnacional.

En este contexto, la clase política impuso el quorum supra mayoritario de 2/3 para que los convencionales llegaran a acuerdos. Mismo quorum que se encuentra en la actual constitución de Pinochet-Lagos y que ha servido como tapón.

En la actual negociación para una segunda convención constitucional, el Partido Comunista y parte del Frente Amplio han reivindicado la Ley 21.200 para que este nuevo proceso constitucional se enmarque en esa concepción jurídica. Esto como si fuera una acto pleno de rebeldía y la evidencia presenta demuestra que no lo es. Con este se produce nuevamente el secuestro de la soberanía del pueblo por parte de la clase política representante de los intereses de la clase dominante.

Pero eso no es todo.

Este nuevo proceso constitucional se llevará a cabo:

  1. Desde negociaciones de espaldas al pueblo
  2. Donde el poder constituido, cuestionado y rechazado, es el que impone las normas y marcos
  3. Que debido a lo anterior la soberanía del pueblo es limitada y restringida
  4. Que el proceso constitucional será nuevamente eunuca al no poder cambiar el modelo económico
  5. Que si el proceso constitucional I se llevó a cabo sobre la sangre y prisión política del estallido social, el segundo proceso constitucional también se lleva sobre esos mismos crímenes pero también sobre la extensión por séptima vez del Estado de Excepción en el Wallmapu, con una mayor represión contra el Pueblo-Nación Mapuche, con el encarcelamiento de sus dirigentes, con la elaboración del Plan Nacional de Seguridad, con dotar a las fuerzas armadas de “defender y proteger la vida” en los conflictos y enfrentamientos internos y con mayores facultades para la represión de las manifestaciones que se han venido dando donde los abusos derivados del terrorismo policial da paso a la aplicación de torturas de los detenidos.

Nuevamente, los partidos sistémicos desde el Partido Comunista de Mercado hasta el Partido Republicano intentarán imponer una salida pactada, domesticar la rebeldía y descontento popular y salvar al conjunto del sistema de un proceso que nada tiene que ver con un pueblo constituyente ni con este como protagonista. Por el contrario, la nueva constitución se hará desde arriba (Estado), para los de arriba (Clase Dominante), desde dentro (Marco Jurídico-Burgués), desde la fuerza (Represión Policial y Voto Obligatorio) y sin los de abajo (Pueblo).

Querrán convencer a los pueblos y trabajadores que el problema de todos sus males es constitucional y no un problema cuyo origen es el capitalismo-neoliberalismo mismo. Querrán imponer la clásica paciencia para el pueblo aduciendo que los cambios toman tiempo siendo las reformas la única vía. Pero los pueblos y los trabajadores tendrán que responder desde la impaciencia, desde la rebeldía y desde la bronca organizada. ¡O se yunque o martillo! ¡No hay más alternativa!

¡La lucha de clases continúa! ¡Es tiempo de ganarla!

Para escuchar y subvertirse

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