CHILE: Y LLEGÓ EL DÍA. SE INSTALA LA CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL.

CHILE: Y LLEGÓ EL DÍA. SE INSTALA LA CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL.
Y llegó el día de la instalación de la Convención Constitucional en un contexto de primarias presidenciales y spot publicitarios donde las empresas electorales, o partidos políticos, tratan de convencer al mercado electoral sobre cuál de sus productos políticos es el mejor para manejar los destinos de la gerencia general y quien será CEO de la gran empresa llamada Chile.
 
Se han convocado marchas de diferentes puntos de la capital para arribar temprano en la mañana en una forma de acompañamiento a la apertura de la Convención más que una forma de presionar a la Convención para que realice los cambios estructurales levantados durante el estallido social e incluso desde los inicios de los 90s por parte de los colectivos no electoralistas de la izquierda popular o revolucionaria que hoy, y a pesar de todo el esfuerzo desplegado desde el 90 hasta hoy, queda nuevamente fuera de combate en un escenario político donde el campo de la izquierda se disputa entre la derecha neoliberal-progresista, Unidad Constituyente ex Concertación, y el neo progresismo socialdemócrata representado por el Partido Comunista y el Frente Amplio.
 
El pueblo nuevamente estará “representado” aunque no incluido en la Convención produciéndose ese típico secuestro de las cúpulas, donde por arte de magia y en un proceso de “delegación de poder” que nunca tuvo parte y al cual el pueblo nunca fue convocado, se arrojarán ese caudal masivo que copó las calles durante el 2019 e inicios del 2020.
 
En el casi anonimato quedarán los miles de presos políticos, los torturados, las mujeres violadas y abusadas, los mutilados, los que quedaron completamente ciegos, los presos políticos anteriores al estallido y un sin fin de casos de graves violaciones a los derechos humanos donde la impunidad a los asesinos y al Estado Terrorista serán los únicos que sí se encontrarán en la Convención en plenitud y dentro de ella representada por la derecha fascista y por un progresismo que mediante la firma del acuerdo nacional del 2019 logró salvar al gobierno de Piñera de su caída, imponer la salida burguesa a la crisis y dar continuidad al modelo ahora en su versión de convención.
 
Serán 9 meses o un poco más de “debate” en el cual el trasfondo será cuáles serán los cambios de decoración y de los muebles de esa “nueva casa” a la cual han denominado “nueva constitución”. Ninguno de los “más de izquierdas” señala abierta y francamente que la nueva constitución continuará siendo un texto democrático-burgués y dentro del modelo capitalista. Ninguno dirá que eso también se dará dentro del mismo Estado Opresos y Patriarcal denunciado por Las Tesis y ninguno de ellos dirá que la condición de Estado Neocolonial de Chile se mantendrá en el nuevo texto constitucional. Las transnacionales y el imperialismo mantendrán su influencia y peso estratégico. Sus intereses serán salvaguardados por cuanto este proceso está lejos de ser un proceso revolucionario y que duras penas alcanza para ser un proceso popular genuino por cuanto las fuerzas pro capitalistas continúan al mando.
 
La ilusión se instalará nuevamente en el “imaginario colectivo”. Las ansias de las masas por alcanzar una vida digna será también acompañada por el desconfinamiento de las comunas, por el levantamiento de las cuarentenas desatando con ello no sólo el alivio del encierro sino también la ola de consumismo que había sido reprimida precisamente por el encierro. Los centros comerciales se verán copados y las filas que rodearán los malls serán tanto o más grandes quizás que aquellos que pudieran rodear una convención cuyos contenidos ya se encuentran negociados y pactados entre las diferentes facciones al interior de ella.
 
Las clase política, aquella corrupta y a quienes el pueblo deseaba que se fueran todos, ahora tendrá un salvavidas de proporciones y su membresía habrá crecido en 155 que son los nuevos constituyentes que no sólo beberán de los recursos del Estado sino que ayudarán a dotar de legalidad a todos los crímenes cometidos durante y desde octubre del 2019 hasta ahora.
 
En todo este escenario resulta penoso y triste que la izquierda revolucionaria se encuentre casi invisibilizada y sin un planteamiento estratégico-táctico y programático ante las masas y el pueblo que dice representar y que trata de liberar de las garras del capitalismo.
 
Los sectores que desde las organizaciones sociales se levantan desde el anti capitalismo no han logrado plasmar ese trabajo territorial y sindical, juvenil y femenino, étnico y multicultural, en un referente y propuesta superando el ámbito de lo meramente reivindicativo y parcializado. Han quedado como observadores y no han logrado frenar esa brutal dispersión al interior de ella que la ha caracterizado desde los inicios de la transición a la consolidación del neoliberalismo.
 
La gran interrogante es que una vez que quede al descubierto que la convención no realizará los cambios estructurales de fondo. ¿se producirá un nuevo estallido social mucho más masivo que el anterior y donde la violencia popular nuevamente se haga presente o el estallido social del 2019 fue sólo un desahogo nacional que ahora fue simplemente domesticado por obra y gracias de la Convención y del acuerdo nacional del 2019?

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