DE TORTURADOR Y MAFIOSO A INQUISIDOR

EL RECICLAJE DE LOS TORTURADORES Y MAFIOSOS

By loliprensa

Respecto al artículo publicado el viernes 01 de enero 2021 por el ex-agente de la policía política Coronel Jiménez, en su Blog, referido al Movadef y al Fudepp, están basados en reportes policiales mal preparados con el vano afan de vincular a ambas organizaciones políticas legales con el clandestino  Partido Comunista del Perú (SL). Pero, por más que pretende manipular la información policial, no puede forzar la realidad.

Para empezar, debo dejar claro que Jiménez sigue siendo el policía torturador  y mafioso que formo parte de la mafia de Orellana.  Como todo torturador y mafioso, su personalidad es la del frustrado y cobarde inquisidor.

Porqué un frustrado?. Este personaje aspiraba a ser reconocido como el “super policía”, el “sheriff”. Creía que se merecía ser  reconocido como el ” único héroe de la pacificación nacional”. Como no fue el único reconocido, quedo frustrado y resentido con sus jefes, especialmente con el general Ketin Vidal, al punto que lo difamo, por ese delito lo condenaron a 3 años de cárcel suspendido.

Este individuo no respetaba el orden jerárquico de su institución. No quería reconocer que sus superiores tenían mayor capacidad de análisis y proyección.  Nunca llego a general. Todo eso termino  frustrándolo. Siempre fue un matón como esos del colegio y del barrio, abusivo con los pequeños y con los débiles. 

Si Jiménez se apreciara de ser un buen policía y si le quedara alguna dignidad debería empezar por reconocer que no existe delito alguno cometidos por el Movadef y el Fudepp. Al contrario, son organizaciones políticas que han nacido con el claro  objetivo de participar dentro del sistema democrático electoral y piden Amnistía General y Reconciliación Nacional, por lo tanto,  jamás  “van ha encender la pradera”.

El hecho que los ex-Prisioneros Políticos quieran ser parte de la vida política del país no es ningún delito. Son peruanos y es su derecho fundamental. La realidad es contundente. No existe delito en pensar diferente y querer una verdadera democracia, no es delito luchar contra los corruptos y mafiosos, no es delito luchar contra la explotación y la opresión, no es delito luchar contra un Estado y sus fuerzas represivas genocidas.

En cambio,  delito es ser policía y convertirse en mafioso, delito es ser policía y defender a los corruptos, ser policía y violar sus propios reglamentos, ser policía y convertirse en un traidor a la patria. Delito es ser policía asesino. 

Por más que la policía política juegue en pared con sus ex-policías vestidos de fiscales o como jueces prevaricadores para encarcelar al pueblo, la realidad es que no es delito exigir una Nueva Constitución Política. Por ende, los 77 luchadores sociales que fueron secuestrados por Dircote deberían ser puestos en libertad ahora mismo.

Porqué es un cobarde?  Porque no tiene la valentía de reconocer las torturas que cometió siendo parte de la policía política en los destacamentos especializados en interrogatorios por las noches y madrugadas, con música y alcohol, con risas sádicas y groserías de delincuentes.

El guapetón Jiménez,  que responda por las cargas eléctricas que ponía sobre testículos, sobre los pechos y partes íntimas de l@s Prisioner@s, sus puercas manos manoseando  el cuerpo de ellas.

El matón manchero con sogas colgando a los Prisioner@s  y, como si eso no era suficiente, la tortura del  ahogamiento dentro de cubos con agua de desagüe mezclado con ácidos para limpiar sanitarios. La tortura en el mar y otros que él debe recordar.  Así era el “héroe de la pacificación”.

Este individuo, tampoco es valiente para reconocer que fue parte de una mafia de espionajes que actuaba en función de proteger a delincuentes como el tal Orellana. Jiménez se lumpenizó. Ahora pretende reciclarse como “analista inquisidor”, como un “juez implacable” contra los Prisioneros y ex-Prisioneros Políticos. Como tenía que ser “maña y figura hasta la sepultura”.

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Como policía mercenario, lo que sí acepto, después de unos cuantos meses en prisión, fue ser “menos arrogante” con sus amos. Es decir, ser “mas servil”.

Una muestra mas de su falta de coraje fue cuando estuvo en la prisión. Se derritió como mantequilla. Allí lo tienen llorando en una entrevista, ya no resistía los barrotes. En cambio, a los Prisioner@s que Jiménez torturó y a los que encarceló, él mismo y con sus propios ojos los vio firmes en sus principios y con muchas ganas de seguir luchando por la democratización de la sociedad peruana. Eso también lo frustró.

Jiménez jamás podrá ser un policía con dignidad tampoco un ciudadano de intachable conducta. La gente de su tipo son quienes secan las praderas de la sociedad y son los que dejan que el sol, por efecto natural, encienda las praderas.

Que recuerde, muchos le ganamos Habeas Corpus, cuando el suicida y genocida Alan García lo protegía.

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