EL SINDICALISMO EN CHILE

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El estallido social, o revuelta proletaria, se produjo en Chile el 2019. Si bien el 2020 y 2021 también se produjeron ciertas conmemoraciones del 1º de mayo restringida por la militarización de la pandemia, la conmemoración de este nuevo 1º de mayo (2022) cobra una importancia particular por cuanto se realiza bajo un gobierno que se auto proclama de “izquierdas” que no pertenece a la Concertación o Nueva Mayoría, aun cuando pacta e integra a esas fuerzas política-sociales responsables de afianzar, perfeccionar y prologar el reinado neoliberal. Se realiza al mismo momento en que la Convención Constitucional redacta una nueva constitución burguesa-capitalista para la nueva fase de desarrollo de la clase dominante. Es también el momento en que aparece una nueva elite política, el progresismo hoy en el gobierno y el conjunto de los constituyentes, y también se da en medio de una crisis profunda del capitalismo en Chile, comenzado en las jornadas de rebeldía e indignación del 2019.
En este contexto, cobra mucha importancia la génesis del actual movimiento sindical legal y cobra importancia también analizar ese proceso desde la perspectiva histórica.
Si las ideas e ideología dominante en una sociedad son las ideas e ideologías de la clase dominante, entonces, la pregunta que nos debemos hacer es cómo hace o se fortalecen esas ideas e ideologías. Una de las respuestas puede ser que esas ideas e ideologías se han visto fortalecidas y masificadas a lo largo de la historia precisamente por la interpretación burguesa y reaccionaria que hicieran los historiadores burgueses y que han sido difundido y convertida en “historia oficial” impartido en los colegios y universidades. En ello los profesores han tenido un rol de primer orden al ser ellos quienes actúan como correas de transmisión, en general, y algunos combatiendo esa visión con sus alumnos.
Esos historiadores burgueses fueron pieza clave al ayudar a conformar la ideología dominante que influyó toda la sociedad y que fue capaz de introducirse al interior de los partidos obreros antiguos y seducirlos de alguna forma en su incorporación al modelo de dominación. Las diferentes crisis capitalista e interburguesas entre aquellos sectores que buscaban un desarrollo hacia adentro y aquella facción que buscaba el desarrollo hacia afuera hizo que la izquierda de esos años viera en la primera a una burguesía progresista con la cual se pudiera realizar alianzas, de ahí la formación del Frente Popular hasta nuestros días.
Si en 1931 la dictadura de Carlos Ibañez del Campo dictó el Código del Trabajo y con ello la legalización de los sindicatos, esto último fue la sepultura de cómo se había entendido el sindicalismo y el movimiento obrero hasta ese entonces. Si ese movimiento obrero se construída desde la independencia de clases y desde la autonomía sindical, la legalización de ellos, a lo cual concurrieron los antiguos partidos obreros, fue la muerte de ambos principios y prácticas. Curiosamente, en esa misma época, los partidos Comunistas y Socialistas asumen como su forma principal de lucha y de acumulación de fuerzas el parlamentarismo, la lucha legal y la revolución desde dentro de la legalidad burguesa. Remplazan la lucha de clases por el colaboracionismo de clase, la política revolucionaria por el etapismo-gradualismo-reformismo, la revolución desde abajo por la revolución desde arriba, el socialismo desde abajo por el capitalismo de estado. Es ese sindicalismo legal nacido en la década del 30 el que llega hasta nuestros días en su versión de burocracia sindical, funcional al capitalismo, y que es prima-hermana de la clase política y de la clase dominante.
Pero mejor es escuchar a los historiadores.
Para leer, aprender y difundir.
El sindicalismo en Chile, Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia 2006
Clase magistral de Gabriel Salazar
El Poder Popular en Chile, Gabriel Salazar
Clotario Blest; el gran sindicalista
Julio Pinto, historiador, Siete claves para entender y aprender de Recabarren