ELECCION EN ECUADOR UNA TOTAL OBRA DE SUSPENSO
Elecciones con un claro ganador y pugnas por el segundo lugar
Fuente: Últimasnoticias.com.ve
Los resultados de las elecciones presidenciales en Ecuador, celebradas el pasado domingo 7 de agosto son una muestra de la habilidad de la derecha mundial para convertir resultados adversos en victorias épicas propias de un guion de películas de suspense. En el caso que nos toca, lograron lo que buscaban: quitar el protagonismo a Arauz, el vencedor en los comicios, y a partir de la disputa por el segundo lugar, fabricar una falsa “lucha de clases” entre un “blanco, miembro de la oligarquía” y un supuesto “líder indigenista-ecologista”, ambos con resultados muy por debajo del primer lugar.
Al adjudicar en el segundo lugar a Yaku Pérez, del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik, lo que se pretende es revertir los papeles protagónicos en el imaginario y la opinión pública. Lo que en un principio se desarrollaba como una disputa entre el progresismo, representado por Andrés Arauz, candidato de la coalición centro-izquierdista Unión por la Esperanza (UNES) contra el banquero Guillermo Lasso, de la alianza derechista CRO-PSC, se convirtió en una confrontación entre un “líder alternativo emergenteoriginario” contra un “tecnócrata de la clase política tradicional”. Es decir, a partir de este momento, Arauz se convierte en el villano de la película y Yaku Pérez en el “paladín de las causas justas” como, en efecto, ya lo están presentando los grandes medios de comunicación a escala mundial. Solo basta colocar su nombre en los buscadores en Internet para constatarlo.
Se trata una de esas jugadas tipo Soros, caracterizadas por secuestrar causas y estéticas de izquierda y de movimientos sociales; tomarlas para sí y fabricar un discurso “despolitizado” y descafeinado. En Ecuador, los “tanques de pensamiento” norteños tomaron la experiencia del los pueblos originarios bolivianos en la recientes elecciones que lograron revertir el golpe de estado para trasplantarla en el imaginario colectivo de ese país, acompañada de la simbología y cosmogonía indígena para construir un discurso muy a la medida del “progresismo” mundial y del amplio espectro de movimientos alternativos. Lo de Bolivia fue una lección aprendida por la derecha y la están utilizando magistralmente. Sobre todo, tomando en cuenta que, en Ecuador, el indigenismo fue penetrado desde hace mucho tiempo. No en balde, fueron ellos quienes frenaron la rebelión de 2019.
Mientras tanto, nadie nombra a Arauz siento él la noticia. Si algo tiene la derecha mundial es una conciencia de clase que le falta a la “izquierda”, especialmente a la europea y la de nuestro Cono Sur. Esperemos que ese “progresismo” mundial y los movimientos alternativos, hoy atomizados y cooptados por Soros y el Partido Demócrata de USA, no caigan en la trampa.
Algo digno de resaltar fue que durante la “disputa épica” por el segundo lugar, extrañamente, el porcentaje de Arauz se “ancló” en treinta y dos por ciento mientras que el de los oponentes cercanos variaba minuto a minuto. Toda una puesta en escena, tipo thriller. Aún perdiendo, los vencidos resultaron ganadores ante la opinión pública, pues lograron desaparecer al auténtico triunfador.
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