CHILE: DÍA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
Conmemorar el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, en Chile sin duda es un día triste.
Si aun se encuentran vigente la Ley de Amnistía de 1978 dictada durante la dictadura militar-burguesa, la Ley Anti Terrorista, el pleno funcionamiento la cárcel de lujo de Punta Peuco, la impunidad para el alto mando, pero lo que es peor se encuentra en plena vigencia todo lo impuesto (modelo) durante la dictadura y perfeccionado por el progresismo (Concertación y Nueva Mayoría) con lo cual los derechos humanos son letra muerta o una pieza de museo en el mejor de los casos.
Pero lo derechos humanos y sus violaciones fueron más que la dictadura de Pinochet.
Durante la transición pactada a la democracia (burguesa), la Concertación reprimió a las organizaciones combatientes que se alzaron en armas contra la dictadura inaugurando una nueva etapa de prisión política. 500 presos políticos revolucionarios (hombres y mujeres) fueron torturados y encarcelados. Muchos otros fueron asesinados y otros, de la época de la dictadura, fueron exiliados.
Fue la Concertación la que construyó la Cárcel de Alta Seguridad destinada para los nuevos presos políticos. Fue también la época donde operó la Oficina de Seguridad Pública organismo de “inteligencia” y represión del nuevo gobierno transicional. Fue también en este período donde la Concertación rescató a Pinochet de la justicia penal internacional.
Eran los años cuando la Concertación se “lucía” con el neoliberalismo del cual ahora adjuran muchos de ellos y que sirvió para imponer zonas de sacrificios, ahondar en el extractivismo, entregar todo a las transnacionales, hacer a los ricos más ricos y a los pobres más pobres. La Concertación y los posteriores gobiernos inauguraron el “pinochetismo sin Pinochet” a la cual llamaron democracia, esa democracia que ahora llaman a defender.
De paso militarizaron la Araucanía, invadieron las comunidades, asesinaron a comuneros, realizaron montajes judiciales-policiales, impusieron los testigos sin rostros, solicitaron ayuda para combatir al Pueblo-Nación Mapuche al FBI, crearon el Comando Jungla y violaron los derechos humanos en toda la línea.
Pero las violaciones y crímenes de lesa humanidad continuaron.
Fue durante el estallido social cuando Piñera desató el terrorismo de Estado, los crímenes masivos y sistemáticos contra la humanidad y donde miles de jóvenes luchadores sociales han estado encarcelados injustamente. Si el estallido social significó la lucha contra el neoliberalismo, también significó la lucha por una vida digna, por el respeto total de los derechos humanos que son violados por el Estado burgués, por la oligarquía, pero también por el conjunto de la clase política que mediante las “políticas públicas” y los cuidados macroeconómicos siguen defendiendo los intereses de una clase dominante decadente.
Pero este sistema que viola sistemáticamente los derechos humanos en Chile fue salvado por la firma, de las diferentes facciones burguesas, de un nuevo acuerdo nacional todo para evitar el colapso definitivo de este sistema triturador. El capitalismo-neoliberalismo, su democracia burguesa, su Estado valía más su defensa que permitir su colapso, terminar con las injusticias y conquistar una vida digna para todos.
Quienes se insertan dentro de las entrañas del monstruo, quienes deciden vivir y cohabitar ahí gustosamente son parte de las violaciones a los derechos humanos. Ellos ejercen el poder, son parte del mismo y defienden los intereses de la clase que los viola. Nada que conmemorar. Mucho porque luchar. Si el capitalismo viola los derechos humanos, entones, seamos anti capitalistas, luchemos contra él.
Para escuchar
Miren como sonríen los presidentes, Violeta Parra
La democracia, Ángel Parra
Hoy me pongo la capucha
