ELECCIONES: ¿QUÉ HA PASADO EN CHILE?

ELECCIONES: ¿QUÉ HA PASADO EN CHILE?
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Hoy, 21 de noviembre se han realizado las elecciones presidenciales, de diputados y senadores. Más allá de los discursos propios de las elecciones, donde se ofrece el oro y el moro, y donde los ofertones aparecen como listas de compras, estas elecciones tienen algunas particularidades.

De las elecciones

Estas elecciones son las últimas que se realizan dentro de los marcos de la constitución de Pinochet, de 1980.

Estas elecciones ser realizan, por lo tanto, validando esa constitución ilegitima que ha gobernado Chile y que ha consolidado el modelo neoliberal.

Estas elecciones se realizan también posterior al estallido social de octubre de 2019, estallido que puso en jaque al conjunto del modelo y régimen político y que mediante la firma del acuerdo nacional del 15 de noviembre de 2019 por parte del conjunto de la clase política permitió el salvataje del gobierno de Sebastián Piñera e imponer la impunidad sobre los crímenes contra la humanidad cometidos durante el estallido y la prolongación de la prisión política.

Que esta elección también se desarrolla con un Wallmapu, una Araucanìa sometida bajo el estado de excepción, con el patrullaje de las comunidades y avenidas por más de 2000 efectivos militares de la marina, donde a consecuencia de lo anterior un comunero mapuche fue asesinado, otro ha quedado gravemente herido y muchos heridos.

Los partidos y candidatos que se presentaron en estas elecciones son los mismos que son parte de la situación actual de los pueblos y trabajadores, son parte del problema y son los que el estallido social deseaba que se fueran todos.

Que 15.030.963 electores conforman el padrón electoral sólo han concurrido a votar 5.600.000 lo cual es menos del 50%. Que el candidato de la ultraderecha, Jose Antonio Kast obtuvo apenas 1.725.653 y que el candidato de la nueva socialdemocracia o progresismo obtuvo apenas 1.573.004. En ambos casos es una caudal electoral escuálido, insignificante donde el real vencedor ha sido el alto nivel de abstención electoral que se transforma en el repudio al conjunto de la clase política y a la situación social miserable de las mayorías.

Que ambas candidaturas que pasan a segunda vuelta son expresiones del proyecto burgués, la de la ultraderecha de Kast que persigue la perpetuación del neoliberalismo, la imposición del autoritarismo en su expresión fascista, y la segunda, la de Boric, la expresión de humanización del capitalismo, la validación de la democracia burguesa-liberal, el respeto del derecho burgués y de su Estado represor.

Que los cambios estructurales que el estallido demandó no se resolverán en la elección del nuevo presidente de Chile sino en la redacción de la nueva constitución radicada en la Convención Constitucional y esencialmente en la capacidad movilizadora de amplios sectores del pueblo y de los trabajadores que logren romper con el actual modelo y pacto interburgués y abrir de par en par las compuertas para una salida popular a la profunda y multidimensional crisis social y/o del capitalismo.

Que en el plano internacional ambos candidatos, Kast y Boric, se unen en su agresión e injerencismo en el desarrollo de procesos de países latinoamericanos acusándolos de dictaduras, desconociendo su calidad democrática y llamando a la intervención e irrespeto del principio de la no injerencia en los asuntos de otros países como la vulneración del principio de la autodeterminación de los pueblos. Ambos candidatos el fascista y el progresista agreden a los pueblos y se ponen al lado del intervencionismo imperialista en América Latina.

Las elecciones no resuelven los problemas de los pueblos y de los trabajadores solamente los plantea. Las elecciones constituyen una fotografía de un momento en particular de cómo la lucha de clases se está desarrollando en el plano electoral, entendiendo también que el desarrollo de la lucha de clases no se puede reducir ni circunscribir única y exclusivamente al campo electoral, al respeto del juego electorero burgués que es en definitiva la camisa de fuerza para que los pueblos y los trabajadores desplieguen todo su potencialidad, rebeldía e insolencia ante el poder burgués dominante.

Las elecciones no son más que la domesticación del movimiento social, popular, de los pueblos y la validación del sistema de dominación de una clase minoritaria sobre otra clase mayoritaria donde la defensa del capitalismo y de los intereses burgueses constituye el centro.

La lucha de clases posee sus propias leyes una de las cuales es que tanto los trabajadores como los pueblos deben realizar sus luchas y organización desde fuera de los marcos burgueses, avanzar en la construcción de su propia fuerza popular, democrática y revolucionaria, desde la independencia de clase y desde su propia estrategia de poder que lleve al derrocamiento de la clase dominante, la superación del capitalismo y el desarrollo de la revolución.

Así toda expresión política, todo discurso que lleve a la conciliación de clase, a la validación del sistema de explotación y dominación, a la humanización del capitalismo y al respeto del Estado burgués no es más que el intento por confundir a las masas explotadas, engañarlas con la vana idea de llevar al socialismo por la vía legal y sepultar el proyecto histórico de los pueblos cual es la revolución.

Sin importar el resultado final de la segunda vuelta presidencial el Chile, la grave crisis del capitalismo continuará su propio curso, y los pueblos como los trabajadores se prepararán ante un nuevo estallido social que se está encubando, y que tarde o temprano se hará presente cual volcán que arrasará nuevamente ante todas las promesas incumplidas, contra todas las injusticias, conquistando todas las demandas y echando por tierra a esa clase política corrompida, decadente y traidora.

 

 

 

 

 

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