ELECCIONES CHILE: CONTRA LA CLASE POLÍTICA Y LA BUROCRACIA SINDICAL
Pasadas ya las horas de las elección a la Convención Constitucional y calmadas las aguas y euforias hay elementos que han pasado desapercibidos y que ahora resaltan con todo su peso e importancia junto con todo lo que ya se ha dicho.
Como ya es notorio, la elección sepultó o averió seriamente al conjunto de los partidos tradicionales tanto de la ex Concertación como de Chile Vamos, ambas coaliciones de derechas y sustentadoras del proyecto neoliberal de hace 30 años y desde antes de la transición iniciada en 1990 y partiendo desde las negociaciones con la dictadura a fines de los 80s.
Pero eso no es todo…
Así como se festeja que el pueblo haya barrido con ellos, que el mundo social e independiente se haya expresado, lo concreto es que ese mundo también barrió con la otra cara de la clase política, con su prima-hermana, como es la burocracia sindical.
El rol que ha cumplido la burocracia sindical desde 1990 ha sido la hipotecar las demandas de los trabajadores en función de fortalecer la democracia de los patrones, someter a los trabajadores a los sucesivos programas de la Concertación y Nueva Mayoría, desmovilizar a la clase y frenar la convocatoria a la huelga general productiva durante el estallido social. También la burocracia sindical se ha convertido en una verdadera oligarquía al interior del mundo sindical donde aparte que los dirigentes se han eternizados en sus cargos, al igual que lo hicieron diputados, senadores y alcaldes, sin rendirle cuentas a nadie salvo a sus partidos, han hecho de la CUT un espacio profundamente antidemocrático en su gestión y origen provocando sucesivos escándalos de corrupción y formas de elegir sus autoridades que nada tienen que ver con las mejores tradiciones obreras.
En tal sentido es particularmente significativo que la presidenta de la CUT Bárbara Figueroa, militante del Partido Comunista, no haya sido electa como constituyente y así ninguno de los candidatos provenientes de la CUT. La señora se ha dedicado a negociar con el empresariado y de espaldas a los trabajadores desde ya hace tiempo.
Nota: cabe señalar que el Partido Comunista obtuvo 4% eligiendo 7 constituyentes. Si bien superó a la Democracia Cristiana (2), al Partido Por la Democracia (3), y demás partidos de la ex Concertación a excepción del Partido Socialista que obtuvo 15 constituyentes (de los cuales la mitad son independientes del PS) su realidad no es muy diferente a sus compinches. La obtención del PC de la alcaldía de Santiago es el efecto del subsidio que el PC tuvo del Frente Amplio y de la desastrosa y represiva administración de fascista Gustavo Alessandri en la comuna.
Otro emblemático que pierde es Mario Aguilar eterno dirigente del Colegio de Profesores, y militante del Partido Humanista hasta no hace mucho. Aguilar ha sido parte de gran parte de la historia del Colegio de Profesores, de su dirección nacional, desde que se inició la transición por lo tanto ha sido parte de esa burocracia sindical que tanto daño le ha hecho a los trabajadores. Más allá que el ColeProf haya abandonado la CUT hace algunos años, el ColeProf, y bajo su administración, continuó siendo esa organización gremial con una misma orientación gremialista como cuando fue fundada por la dictadura. La afiliación al ColeProf sigue siendo de carácter individual, no se permite la afiliación de sindicatos y el ColeProf no ha impulsado, ni lo impulsó Aguilar, la formación de un Sindicato Único y Nacional de todos los Trabajadores de la Educación. Todo esto sumado a la mala negociación de la última huelga prolongada de los profesores municipalizados hace que no haya sido electo.
Algo similar ocurre con Luis Messina otro eterno candidato de la Confederación Bancaria y hace algunos años dirigente del Movimiento No + AFP. Si bien Messina tuvo un rol importante en No + AFP fue también uno de los responsables del declive temprano de ese movimiento, en pleno apogeo, al permitir y ser parte de la utilización de ese espacio para la inscripción de algunos partidos del Frente Amplio y al coaptar ese espacio a las políticas frenteamplista que en ese momento emergía.
Curiosamente estos tres dirigentes fueron parte de Unidad Social durante el estallido que permitió de alguna forma actuar como un freno al nacimiento de una comando real y efectivo que convocara a la huelga general productiva durante el estallido social. Todo indica que esa política burocrática fracaso ante el escrutinio del pueblo.
El movimiento sindical, que sólo ha logrado afiliar y organizar en sindicatos a aproximadamente al 10% de la fuerza laboral debe también entrar en su propia Convención Constituyente y desbancar a toda esta burocracia y abrir un proceso de deliberación y formación de un sindicalismo clasista / revolucionario. La clase trabajadora, sus organizaciones ya han tenido suficiente con dirigentes que han aprendido a vivir a costa de los trabajadores, de negociaciones y prácticas corruptas, de práctica anti democráticas, de mesas tripartitas y con todos sus derivados.