LA CRISIS DE LA CLASE CAPITALISTA EN CHILE
Pasadas las elecciones a la Convención Constitucional del 15 y 16 de mayo, donde hubo un 60% de abstención y donde las listas que lograron representación en dicha convención, desde la derecha hasta el progresismo, obtuvieron todos entre un 21 a un 18% sin que ninguna de ellas, o las tres listas progresistas obtengan los 2/3 de los constituyentes necesarios para imponer los cambios estructurales a menos que sea la misma convención la que determine que los cambios s aprueben sólo con una mayoría simple, vale decir, 50% + 1. ya hay voces en el progresismo que hablan de la necesidad de llegar a consensos y consensos amplios.
Ya calmadas las aguas pos electorales, Chile vuelve a la realidad donde el pueblo sigue desprovisto y abandonado a su suerte ante los efectos socioeconómicos de la pandemia y donde la clase política sigue enfrascada en sus disputas internas donde el progresismo fue incapaz de inscribir primarias amplias y unitarias para elegir al próximo candidato o candidata presidencial y donde la derecha fascista teme que ninguno de sus candidatos pasen a la segunda vuelta en las próximas elecciones presidenciales de este año en noviembre.
Tanto la convención como en el parlamento, y sumado al bajísimo apoyo de Piñera, el conjunto de la clase política se encuentra en un atolladero, en un callejón sin salida sin que ninguna de las facciones burguesas se presente como la facción hegemónica con un programa burgués creíble para los poderes fácticos, para la oligarquía.
Ante esta realidad, la clase dominante toma sus resguardos.
Piñera canceló su viaje a Ecuador para la asunción del presidente electo Guillermo Lasso al enterarse que el juez español Baltazar Garzón habría enviado a ese país a algunos agentes posiblemente para ejecutar la detención de Piñera por los crímenes contra la humanidad cometidos durante el estallido social. Esta constituye la primera vez que Piñera siente que ya no podrá viajar al exterior tranquilamente a sabiendas que tiene cuentas pendientes con la justicia internacional.
Pero eso no es todo, si hasta este año el ejercicio del voto era de carácter voluntario, ahora, el parlamento burgués chileno echó pie atrás a la reforma de años atrás que hizo del voto un voto voluntario para volver a convertirlo en voto obligatorio. Esto se hace ante la constante baja participación electoral que no supera el 50% del padrón electoral. Nuevamente quieren obligar al 60% que no vota a participar en las elecciones con la finalidad de abultar mediante la represión la participación electoral, esconder el rechazo a la clase política y hacia las instituciones del estado y continuar con la democracia formal y de papel bajo la cual Chile ha vivido. En este contexto y de aprobarse definitivamente este cambio constitucional habrá que realizar campañas por el voto nulo y que esa sea la continuadora del abstencionismo y que sea el reflejo del rechazo de las masas ante una clase política corrupta y ensimismada.
Desde el progresismo, Frente Amplio o la socialdemocracia de remplazo, ya va quedando claro su real esencia. Gabriel Boric, candidato presidencial del Frente Amplio, sigue con la denuncia que en Venezuela hay violaciones a los derechos humanos sumándose al discurso de los Estados Unidos y de la derecha. Pero no sólo eso. Cuando se trata de elaborar un nuevo sistema de pensiones, Boric es claro al señalar que:
“quiero ser muy claro en esto, los fondos que actualmente se encuentran en las cuentas individuales son de propiedad de las personas que los tienen, nosotros no vamos a tocar esos fondos (APV incluido)”.
Esto quiere decir, que los fondos de pensiones que son descontado mensualmente del sueldo de los trabajadores y que se encuentran en manos de los dueños de las AFP seguirán en las manos de esos ladrones y usureros, es decir, no se expropiarán y ni se nacionalizarán ya que gran parte de los fondos de pensiones se encuentran invertidos en el extranjero. Increíble, y esto se presenta como una política de izquierda.
En el plano religioso hace algunos días fue dado a conocer el informe sobre abusos sexuales de los jesuitas. Según la pagina web de Radio Bio Bio, uno de los consorcios radiales, señala a este respecto:
“La congregación de los Jesuitas de Chile reconoció en un informe que 64 personas fueron víctimas de abusos sexuales -34 de ellas menores de edad-, por parte de 11 de sus clérigos que fueron investigados por la propia orden católica entre 2005 y 2020”.
“Según el informe-2021 del Centro de Prevención de Abusos y Reparación (CPR) de la Compañía de Jesús, obtenido este martes por AFP, un total de 17 jesuitas fueron investigados en procesos canónicos por denuncias de abuso, de los cuales la congregación acreditó la responsabilidad de 11 por abusos sexuales a 34 menores de edad y 30 adultos”.
“De los once sacerdotes, nueve son responsables de “situaciones abusivas de connotación sexual” de las 34 víctimas menores de edad, mientras que cinco cometieron “abusos sexuales” y “manipulación de conciencia” de 30 adultos, según el informe”.
En otro orden de cosas, la lucha de las agrupaciones de familiares de prisioneros políticos de la revuelta sigue su curso por el indulto general y sin exclusiones de los más de 2500 personas privadas de libertad. La presión al parlamento para que se apruebe la ley de indulto sigue sin tener los efectos deseados y aun cuando el parlamento apruebe el indulto, es Piñera el que le debe dar su visto bueno y ya se sabe que bloqueará esa posibilidad manteniendo a esos luchadores sociales en la cárcel y a los represores que causaron 48 asesinatos, 300 violaciones y abusos sexuales contra mujeres, 8000 casos de torturas, 600 víctimas de trauma ocular y dos personas completamente ciegas todo durante el estallido social siguen en la más completa impunidad.
Habrá que estar atentos cómo se sigue desarrollando la lucha de clases y esperar para que nazca, lo antes posible, una alternativa popular y revolucionaria que sea capaz de agudizar las contradicciones de clase y así avanzar en la acumulación de fuerzas necesaria para llevar a cabo ese proyecto histórico: la revolución.
