ESTADO UNIDOS: IMPERIALISMO, FASCISMO Y CAPITALISMO

(EL PODER ABSOLUTO NO ES ETERNO)

ESTADO UNIDOS: IMPERIALISMO, FASCISMO Y CAPITALISMO
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Los peores coletazos de una bestia es cuando esta agoniza, se rehúsa morir y concentra todas sus fuerzas para mantenerse en pie, erguida, dominante ante quienes las asechan. Da los últimos golpes desesperadamente provocando todo tipo de desastres sin importar tanto dónde caigan y a quién pueda matar o herir gravemente.

Algo parecido ocurre desde hace tiempo con Estados Unidos. La bestia imperial se siente amenazada, acorralada por otra (s) fuerzas imperiales que han emergido. Sabe que su momento de gloria está en decadencia y que su destino no puede muy diferentes a todos los imperios que lo antecedieron. Saben que el antiguo desorden mundial se está reconfigurando y donde en esa reconfiguración puede pasar a ser un centro de poder más pero no el hegemónico.

Esta situación es un colapso que se va mostrando por capítulo, cual teleserie, en cámara lenta donde la crisis que enfrenta no es sólo del capitalismo (crisis interna), no es sólo sobre su hegemonía mundial (imperialismo), de su condición de ser un paradigma fascista sino también que enfrenta quizás la crisis fundamental cual es la crisis de su identidad y cultura originaria como de su ideología con Sueño Americano incluido.

¿Por qué fue posible que Trump fuera presidente? ¿Por qué fue posible que las hordas fascistas entraran violentamente al Capitolio? Todo está en el origen.

Fueron los puritanos ingleses los que a comienzo de 1600 llegan expulsados de Inglaterra a las tierras que sería bautizadas por ellos mismos como la Nueva Israel, la Nueva Tierra Prometida o la Tierra de la Libertad. Se enfrentan a una paisaje y naturaleza enorme y abundante donde ya habitaban los pueblos originarios. Su fe en Dios les hace sentirse un pueblo elegido, en esas tierras, al cual Dios les ha asignado una misión aquí en la Tierra (Destino Manifiesto). Su misión no era tan sólo dominar la naturaleza y someterla, para lo cual requería exterminar a los pueblos originarios, sino también se auto asignaron la tarea civilizatoria ante esos “salvajes” de imponer su concepción de libertad, justicia, democracia y de sociedad. La teocracia fue el primer experimento en la conquista de lejano oeste, en una guerra frontal contra esos pueblos pacíficos.

La economía basada en la agricultura, en el sur, supuso también la aparición de la esclavitud. Los esclavos traídos desde África fue la solución que encontraron en otra clara muestra del más profundo desprecio por el ser humano por los nuevos habitantes del naciente Estados Unidos. Dios los había puesto ahí también para dominar al ser humano, a los inferiores y convertirse en potencia. Si la Declaración de Independencia fue firmada y redactada por reputados masones ligados al rito francés (Libertad, Igualdad y Fraternidad) nada o poco se plasmó en la práctica hacia los esclavos ni menos hacia los pueblos originarios. Todos podían ser miembros de la masonería salvo las mujeres (visión patriarcal) como tampoco los “negros” (racismo). Ante esta situación en 1784 se funda la masonería afroamericana, Prince Hall Freemasonery.

Posterior a la Guerra Civil, en 1865 se funda el movimiento supremacista blanco llamado Ku Klux Klan. El racismo y su posición pro esclavista, los rituales y atuendos sólo nos evidencian que el KKK nació no tan sólo de la mano de ex veteranos confederados sino también de los altos dirigentes de la masonería de grado 33. Albert Pike, Gran Maestro de la Masonería, es también en su momento máximo dirigente del clan. Llega un momento en que no se sabe cuando comienza la reunión del KKK y cuando empieza la reunión de la masonería. La línea divisoria es muy tenue.

Pero una vez, o en forma simultánea, a la aparición del Destino Manifiesto se va configurando también el Espíritu de Frontera. ¿En qué consistía? En correr la frontera, los puritanos, de ese vasto territorio que se enfrentan cuando llegan a Plymouth en función de dominar la naturaleza, pero una vez que ese enorme territorio se encuentra ya dominado comienza a mirar más allá de las fronteras naturales de Estados Unidos, a ultramar, para imponer su concepción de libertad y democracia. La anexión de los territorios mexicanos como de otras naciones, la Doctrina Moroe (con todas las doctrinas sucesivas hasta hoy), la invasión a otros países de la región latinoamericana, la Bomba Atómica en Japón, la carrera espacial y armamentista, sus doctrinas militares y su auto asignado rol de guardián de las libertades y democracia mundial son todas consecuencia de su Destino Maniesto y Espíritu de Frontera que bien pueden ser algunos de los pilares de la ideología imperial que también se representan en el Sueño Americano donde tanto afroamericanos y pueblos originarios, ahora latinos, no tienen cabida.

Pero también ante estas corrientes conservadoras también nacieron formas tempranas de reaccionar ante esas visiones. Una de ellas que posteriormente tendrá relevancia es aquella dejada por los Trascendentalistas integrado por Henry David Thoreau (Desobediencia Cilvil), Walt Whitman y Ralph Waldo Emerson, entre otros, quienes fundan la comunidad Walden en las cercanías de 1854.

En el Siglo XX

En la década del 20, el Ku Klux Klan fue uno de los movimientos de mayor adhesión alcanzando, en plena crisis económica, una militancia que se calcula en 4.000.000. Fue el período posterior al triunfo de la Revolución Rusa, con un movimiento sindical fuerte y con el inicio de la formación de los primeros destacamentos o partidos comunistas. La historia registró marchas multitudinarias de cientos de miles de protestantes blancos anglo-sajones vestidos con túnicas blancas, con cruces en llamas marchando por las avenidas de noche. Visto hoy, y seguramente también en esa época, da escalofríos al ver una marcha enorme centrada en el odio racial y de un supremacismo que Europa viviría en carne propia ya en la versión de Hitler, Mussolini y en su versión hispana de Franco.

En 1919 ya se había fundado el Partido Comunista de Estados Unidos que comienza a tener gran arraigo en la clase obrera y que conecta también con ella en medio de la crisis mundial del capitalismo. Este se uniría como una expresión del proletariado que junto al anarquismo que venía desde antes organizándose desde las luchas obreras, Mártires de Chicago, venía a completar la escena de las organizaciones revolucionarias.

Los avances de la naciente Unión Soviética y el trabajo decido de los movimientos revolucionarios de la época complementó la ideología dominante antes descrita con el anti comunismo y la persecución a las organizaciones revolucionarias como del movimiento sindical. Fue décadas más tarde que el Marcartismo (1950-1956) se muestra como su expresión más extrema, desde la política oficial, en la persecución de los sectores progresistas y de izquierdas bajo la acusación de actividades anti americanas. Todos los artistas, libretistas, actores de la industria del cine, escritores de renombre fueron citados a declarar, otros censurados, otros entregando listas de sus compañeros al FBI (George Orwell). Hebert Hoover (Masón), director poderoso e inamovible del FBI se constituída como uno de los poderes detrás de las sombras, como una expresión más de las posiciones fascistas, involucrado con la mafia, el crímen organizado, el asesinato a Martin Luther King, a Malcom X, a la represión del movimiento de los derechos civiles y políticos de los afroamericanos y leal al supremacismo e ideología imperial. Pero el asesinato de líderes revolucionarios no sólo lo ejecutó en el interior de los EEUU sino también fuera de él: Che Guevara, Juan José Torres, Patricio Lumumba, El Medhi Ben Barka y posteriormente a Maurice Bishop, Thomás Sankara entre muchos otros

Las consecuencias de la Segunda Guerra Imperialista, y más allá que Estados Unidos haya entrado tardíamente, trajo también un hastío en las nuevas generaciones que se comenzaron a rebelar contra la generación anterior en busca de sentido y en la construcción de una nueva sociedad. Si en el cine esa rebeldía juvenil se expresó en la figura de James Dean (Rebeldes sin causa), en la música fue el rock n roll acusado por los sectores conservadores de ser música de “negros” y de ennegrecer la música country, en el plano social fue el hipismo que retomó lo planteado por Thoreau siglos antes, bebieron de León Tolstoi, de Gandhi, practicaron la no violencia activa, fundaron nuevas comunidades, levantaron el amor libre, el amor a la naturaleza, criticaron el conservadurismo (El Graduado), apareció el folk rock, la música de protesta, el Festival de Woodstock, el Festival de los Ángeles, y se dibujada una nueva izquierda. Todo mientras la guerra de Viet Nam continuaba, se intentaba invadir Cuba, se producía la Crisis de los Misiles, se realizaba la Primera Conferencia Tricontinental, la aparición de movimientos armados revolucionarios que enarbolaban la lucha anti colonialista, anti neocolonialista y anti imperialista, es decir, en pleno desarrollo de las políticas imperiales, del nacimiento del complejo militar industrial en Estados Unidos se producía una avanzada desde los sectores progresistas y revolucionarios desde dentro y fuera de los Estados Unidos. Se producía el primer golpe de estado en Estados Unidos: el asesinato de Kennedy. Con ello los sectores ultraconservadores y fascistas asestaban un duro golpe y reencauzaban la política a los que siempre había sido sepultando, desde la política oficial, cualquier atisbo de cambio. El imperio estaba primero.

El Siglo XXI

Si la caída del Campo Socialista, de la Unión Soviética supuso el dominio casi absoluto de las políticas imperialistas de EEUU, y posterior de la proliferación de dictaduras militares cuya finalidad era reordenar el capitalismo mundial y exterminar los movimientos populares, también supuso una lenta acumulación de fuerzas desde el campo popular.

Si el alzamiento zapatista en Chiapas (1994) contra la firma del tratado de libre comercio entre México y EEUU fue el llamado de alerta que algo nuevo comenzaba a pasar en América Latina, la asunción de Hugo Chávez (1999) y el inicio de la Revolución Bolivariana abriría un período auspicioso para los movimientos populares en el continente. De la mano de Chávez (militar), Evo Morales (dirigente cocalero, indígena), Lula (obrero), Rafael Correa (intelectual). No sólo se levantaba un discurso anti neoliberal sino también anti imperialista, anti colonialista de frente a los yanquis. El ciclo conservador en América Latina parecía llegar a su fin. Se fundaba Unasur y otras instituciones latinoamericanas con exclusión de EEUU.

Mientras esto ocurría los sectores conservadores avanzaban. George Bush (hijo) recuperaba la agenda ultra conservadora. Lanza las guerras preventivas, levanta el concepto de El Eje del Mal y milagrosamente se produce el atentado a las Torres Gemelas (2001) que más allá que si fue o no un auto atentado sirvió para desarrollar toda una avanzada imperialista a escala planetaria sólo similar a lo impulsado por Ronald Reagan con su “revolución” conservadora neoliberal y su despliegue de operaciones encubiertas en Centro América. Bush al igual que su antecesor demócrata Clinton invade y bombardea cuanto país se le pone por delante salvo Europa que ya había sido bombardeada por Clinton en la Guerra contra Yugoslavia.

Pero al igual que ocurría en América Latina con la elección de Chávez y los demás dirigentes populares, Estados Unidos, internamente, también vivió su propio proceso de cambio cultural. Si la campaña presidencial de Hillary Clinton fue un cambio cultural al ser la primera mujer en aspirar a la Casa Blanca, la elección de Barak Obama sin duda fue un golpe a los sectores supremacistas blancos-protestantes-anglosajones lo cual no quiere decir que éste haya llevado a cabo una revolución política o de las estructuras económicas yanquis. En el plano internacional Obama fue tan sanguinario como sus antecesores. Fue el prototipo del esclavo domesticado por el amo.

Pero quizás las fuerzas imperialistas, fascistas norteamericanas no contaban que el peor de sus pesadillas estaba a punto de venir. No contaban con el resurgimiento de Rusia, con el surgimiento de China como potencia mundial, con la alianza entre Irán, Rusia, China y Siria, con el nacimiento del BRICS ni menos con la crisis interna de su economía la cual se ha prolongado. Tampoco contaban con una Europa que aspira a tener sus propias fuerzas armadas o con el cada vez mayor intercambio comercial que ya usan el dólar como moneda. El rompecabezas del imperialismo norteamericano se desordena, pierde hegemonía y su “patio trasero” se convulsiona con variados estallidos sociales cuyas burguesías pierden el control de sus agendas “nacionales”.

En ese contexto, la elección de Trump y su nacionalismo conservador, su capitalismo conservador, que privilegia los intereses americanos-internos “Haremos América grande nuevamente” fue simplemente consecuencia lógica.

Trump sabía que la única forma de recuperar hegemonía mundial era mediante la declaración de guerra. Sabe que las contradicciones inter imperialistas se resuelven mediante la guerra, era cosa de ver la historia. La Guerra Comercial con China y las sanciones contra Rusia constituye una expresión de esa guerra inter imperialista como la necesidad de recuperar la hegemonía antes que pierda los mercados y sus zonas de influencia.

Detrás de Trump se encuentran los movimientos neonazis, ultraconservadores, supremacistas, pro esclavistas, nacionalistas, puritanos que han estado siempre a lo largo de la historia, que no renuncian al Destino Manifiesto, al Espíritu de Frontera, que sueñan con ver cruces en llamas y cuerpos linchados a lo largo de las carreteras. Con Trump están los halcones fascistas de las fuerzas armadas, del complejo militar industrial, de la mafia cubana que desea una invasión militar a Cuba. Esta Guaidó que llama al Estado Mayor yanqui a ser más decidido en Venezuela, pero también está el narcotráfico que financia las operaciones encubiertas

El intento de auto golpe en el Capitolio es el reclamo de la derecha fascista norteamericana contra la derecha liberal del Partido Demócrata. Es el enfrentamiento entre dos visiones de capitalismo (capitalismo conservador o nacionalista versus un capitalismo liberal o globalizador). Es la contradicción entre visiones diferentes de entender el imperialismo, aunque ambos sanguinarios. Una pretende un Estados Unidos blanco, puro y casto y otro quiere un Estados Unidos abierto donde los afroamericanos siguen estando a merced de las policías racistas, donde los latinos (los negros de hoy) continúan con las migraciones y también en la miseria al igual que los afroamericanos y donde los pueblos originarios se mantienen en sus reservaciones.

Pero la intentona fascista no termina en la irrupción del Capitolio.

Fue el mismísimo Trump, posterior al alzamiento, llama a sus seguidores a “no olvidar este día”. ¿Por qué?

Porque más allá que Trump sea un magnate multi millonario, quedará en las huestes fascistas, en su retina que fue Trump el único que se ha enfrentado al establishment, al poder. Que fue capaz de desbordar el status quo. Esto en el claro ejercicio y puesta en práctica del discurso clásico del fascismo. ¿Cuáles?

1. No se consideran parte de los “políticos”. Los movimientos fascistas se sitúan fuera de ellos aun cuando son parte de ellos.

2. Se muestran críticos al poder económico, a la clase dominante, aun cuando la clase dominante los financia en una especie de derecha social (¿?)

3. Levantan un discurso mesiánico detrás de un líder fuerte, autoritario. “Un programa, un líder y un partido”

4. Se alzan contra los “débiles” que desde el poder no tienen la fuerza suficiente de llevar a cabo los cambios necesarios.

Eso es lo que va a quedar en la retina de un sector importante de la población yanqui.

Trump apela también al movimiento del rifle, a las coaliciones y alianzas neonazis y fascistas que cubren EEUU a conformar un amplio movimiento de iguales características en miras a las próximas elecciones del 2025. Detrás de Trump se encuentra un programa estratégico y Trump es el nuevo Hitler que querrá también reeditar el Imperio Romano pero esta vez bajo la bandera norteamericana. Entiende, desde su perspectiva, que esa es la única salida para hacer “América grande nuevamente”. El mundo sólo puede soportar un imperialismo, un solo imperio, sólo una fuerza hegemónica y no más.

En definitiva, la crisis actual, la decadencia imperialista de EEUU es sólo consecuencia del desarrollo y decadencia del capitalismo, es expresión de la lucha de clases al interior de la boca de la bestia. Tendrán que ser los sectores demócratas de base, progresistas de base, revolucionarios, la juventud, el movimiento de los trabajadores, los que deban entrar en acción no para alinearse detrás del Partido Demócrata que es al final otra expresión del imperialismo y del capitalismo, sino para transformarse en movimiento en sí, derrotar ambas expresiones políticas de la clase dominante y abrir una revolución cultural y social propia.

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